Con este título, que es el del último cuento, Murakami recoge siete cuentos centrados en las relaciones amorosas y/o sexuales entre hombres y mujeres. Estos cuentos nos muestran a hombres con dificultades en las relaciones, hombres solitarios, hombres con miedo al compromiso, hombres a la deriva. En cambio, las mujeres parecen salir mejor libradas de sus relaciones con ellos porque sus emociones, planteamientos y deseos son más claros y consistentes que los de ellos.
« (…) pretender escudriñar por completo el corazón de otra persona, por muy compenetrado que estés con esa persona o por mucho que la ames, es pedir demasiado. Lo único que consigues es sufrir. Sin embargo, tratándose de nuestro propio corazón, se supone que, esforzándonos, deberíamos poder escudriñarlo tan a fondo como grande sea nuestro esfuerzo. Así pues, ¿no crees que, al final, lo que tenemos que hacer es pactar con firmeza y honradez con nuestros propios corazones? Si uno desea ver en serio a los demás, no le queda más remedio que observarse en profundidad, de frente, a sí mismo» (41).
Y es que en muchos de estos cuentos, las mujeres se elevan por encima de ellos cuando su relación es un lastre por sus miedos, quejas, complejos, etc. Podríamos decir que en estos cuentos las mujeres, que han renovado los estereotipos de la feminidad son las protagonistas y encontramos en ellos la masculinidad en crisis.
Por lo demás, aparecen los gustos de Murakami que son una constante en su obra: la música (especialmente el jazz) y los libros.