jueves, 28 de febrero de 2019

PATRICK MODIANO, Trilogía de la ocupación


Patrick Modiano nació en Francia en 1945, fecha que marca el final de la II Guerra Mundial y que influyó decisivamente en su vida y en su literatura. Su padre, Albert Modiano, era descendiente de una familia de judíos italianos que se instaló en Salónica, desde donde emigraron a París y su madre era la actriz belga Louisa Colpijn. Se conocieron durante la ocupación alemana de Francia y por ello tuvieron que ocultarse, casándose en noviembre de 1944. Patrick fue su primer hijo y, aunque no vivió la guerra, la consideró como su prehistoria personal y un periodo confuso y vergonzoso de la historia de Francia, razón por la cual escribió sus tres primeras novelas, escritas entre 1968 y 1972, situadas en ese escenario y consideradas como una especie de trilogía de la ocupación. Las tres novelas que la componen son: El lugar de la estrella, La ronda nocturna y Los paseos de circunvalación

Estas circunstancias familiares, su mencionada prehistoria personal, están presentes de una manera directa y personal (especialmente la figura de su padre) o de una manera contextual. El colaboracionismo, la adaptación de una parte muy importante de la población francesa a la ocupación nazi y el antisemitismo tan arraigado en el pueblo francés, dieron lugar a una zona gris que Modiano no trata de ocultar y que juzga negativa. Las tres novelas se desenvuelven en esa zona gris. Hay personajes muy implicados con el nazismo y que se enriquecieron por su colaboracionismo y muchas más personas que no querían mirar lo que ocurría a su alrededor.
Vendíamos todos los objetos de los que nos incautábamos. Curiosa época. Me convirtió en un individuo . Chivato, saqueador, asesino quizá. Yo no era peor que otro cualquiera. Me dejé llevar por lo que hacían los demás, eso es todo (231).
No es la primera novela que leo de Modiano, en este espacio hay reseñas de otras dos novelas: Dora Bruder y En el café de la juventud perdida.

La lectura de estas dos novelas ya me había preparado para un estilo narrativo especial, modianiano, que sin resultar difícil, sí que obliga a prestar atención porque sus argumentos son peculiares. Es habitual que las tramas de sus novelas se vayan desgranando a través de retazos que van recomponiendo la vida de sus personajes principales, todo ese conglomerado de piezas va componiendo el puzle de sus vidas y de sus destinos, vidas plagadas de huidas.

lunes, 18 de febrero de 2019

JOSEPH ROTH, El Leviatán

El autor de este breve relato, a modo de parábola, es uno de mis autores preferidos. De Roth voy leyendo, y degustando, sus textos tranquilamente porque sé que siempre que recurra a él, encontraré una buena lectura.


El protagonista de este relato es el comerciante judío Nissen Piczenik. Es un enamorado de los corales que compra y vende ganándose la vida en una pequeña ciudad de Progrody. Pero Piczenik sueña en secreto con conocer el mar, allí donde vive el leviatán, mítico monstruo marino cuidador de los corales.

Piczenik es una persona honesta y leal a sí mismo en su actividad como comerciante de corales, sin embargo su obsesión con el Leviatán, que en términos religiosos es también la reencarnación del propio Satanás, le llevará a traicionarse a sí mismo vendiendo corales falsos mezclados con auténticos para competir con otro vendedor. Ese será el principio del fin de Piczenik. 

El relato de Roth es una parábola que afirma algo de plena actualidad hoy: que la traición a uno mismo, a nuestra propia moral, a nosotros mismos, es el camino para el fracaso como persona. Un libro, como digo de gran actualidad en un tiempo lleno de simulacros y falsificaciones.
(…) la pobreza es la más irresistible inductora al pecado. 

No es que los/las pobres sean pecadoras, sino que la pobreza las induce al pecado (entendamos aquí pecado en el sentido no religioso… aunque es difícil, lo sé), que es muy diferente. 

Muy recomendable este relato. Una joya.

viernes, 8 de febrero de 2019

MERCEDES MONMANY, Ya sabes que volveré. Tres grandes escritoras en Auschwitz: Irène Némirovsky, Gertrud Kolmar y Etty Hillesum.

La autora se centra en este libro en la literatura del Holocausto, para ello elige a tres autoras judías que murieron en Auschwitz. Unidas por un final trágico, su muerte en un campo de exterminio, Monmany describe la desaparición de la intelectualidad judía que se había convertido en un rasgo de la cultura europea.

Pese al final inhumano que les estaba reservado, ninguna de las tres se rindió, las tres siguieron valorando la vida y lucharon hasta el último suspiro para mantener su humanidad ya que hacerlo era salvarla de la barbarie del fascismo.



La introducción está dedicada a reflexionar sobre el Holocausto utilizando una amplia bibliografía que la autora va desgranando y comentando. Se analiza el sistema de exterminio no sólo de cuerpos sino también de almas que los nazis construyeron (17). También es relevante la unión contra el mal y la comunión en el sufrimiento de las víctimas para demostrar que la vida no se deja encerrar en un esquema preestablecido (18).

En el apartado sobre “Auschwitz o el Holocausto como cultura” la autora se interroga sobre el verdadero significado de este campo de exterminio. Auschwitz no afectó solo a los judíos, afectó a la civilización occidental en su conjunto, ya que lo inconcebible se produjo de una manera muy simple.

Después, la vida de tres mujeres: Irène Némirovsky, Gertrud Kolmar y Etty Hillesum, sirven de punto de partida para observar los puntos comunes de la vida de las tres mujeres, las tres escritoras, y también son perceptibles las diferencias, pese a que para los nazis, ser judío indicaba una identidad única. La simplificación de los mensajes políticos, la nula empatía con el otro, el totalitarismo, la intolerancia y la crueldad frente al adversario político, son otros tantos aspectos que definen el nazismo. 

Un libro bien escrito y una metodología que combina lo particular con lo general y lo individual con lo colectivo. Muy interesante.