viernes, 27 de noviembre de 2015

CARSTEN JENSEN, Nosotros, los ahogados

Esta semana no os hablo de un libro como refugio ante la adversidad (o quizás sí), sino de un libro de aventuras en el mar, una especie de odisea a la danesa, que nos sitúa en los veloces barcos a vela que surcaban los mares transportando mercancías o pescando. Así que buscad un lugar cómodo, vuestras pantuflas favoritas (o vuestros salones rojos, esos que nunca me he puesto salvo en la imaginación), ropa cómoda (o porqué no, vuestro black dress ajustado, ese si lo tengo) y dedicad tardes enteras a conocer esta saga danesa. Vais a disfrutar...


Me gustó la reseña que hizo Agnieszka sobre este libro, lo compré y como me iba de viaje pensé que con un libro de 693 páginas tendría suficiente lectura. La realidad fue que pude leer muy poco y no fue buena idea emprender la lectura de un libro tan largo en esos momentos. El título responde a los muchos ahogados que provocaba la navegación a vela entre los vecinos de una localidad danesa, Marstal, dedicados al mar durante generaciones.


Carsten Jensen (1952), escritor danés, hijo de un capitán de buque de carga, se dio a conocer como periodista escribiendo reseñas en el diario Politiken. Fue reportero en diversos países asiáticos y de América del sur. Autor de novelas, ensayos y crónicas, logró sus primeros éxitos con libros de viajes, Nosotros, los ahogados fue publicado en 2006.

Pese a que no era el mejor momento para encarar una lectura tan larga, me la tomé con la calma precisa para poder disfrutar con sus muchos personajes y sus múltiples tramas que encajan en la saga marinera de Marstal a lo largo de cien años, desde mediados del siglo XIX hasta mediados del XX. La novela empieza con la guerra entre Dinamarca y los ducados alemanes de Scheleswig-Holstein en la que encontramos a los primeros marineros de dicha localidad y concluye con la intervención de marinos daneses en los convoyes aliados perseguidos por los aviones alemanes al final de la II Guerra Mundial.


Entre una guerra y la otra, cien años de marinería en la que los habitantes de Marstal, casi niños, se embarcan como si estuvieran conducidos a ello por el destino. La navegación a vela en el Atlántico Norte, el Báltico o el Pacífico suponía afrontar aventuras, riesgos, naufragios y ahogados, muchos ahogados. A lo largo de esos cien años vemos declinar los veloces clippers y las goletas en beneficio de los barcos a vapor y, por fin, de motor.
En la vida de todo marino llega un momento, pensé, en el cual ya no se siente a gusto en tierra, y entonces se entrega al Pacífico, donde no hay tierra que obstaculice la visión, donde cielo y mar se refleja mutuamente hasta que quien mira no sabe cuál es cuál, y la Vía Láctea semeja la espuma de una ola que rompe cuando el globo se mece como un barco en medio del flujo y reflujo del cielo estrellado, y el propio sol no es más que un punto incandescente de fosforescencia en el mar de la noche (151-152).
Mientras los hombres se lanzan al mar, se van del pueblo, a veces durante meses e incluso años, las mujeres esperan su regreso atendiendo la casa y las criaturas que van teniendo en los fugaces momentos en los que regresan los hombres. La familia que queda en Marstal tiene que afrontar la penuria cotidiana, la preocupación y el miedo por el destino del marido, padre o hijo y tratar de llevar una vida normal si es posible.
No navegamos porque hay un mar, sino porque existe un puerto. No empezamos buscando metas lejanas. Lo primero que buscamos es protección (245).
Los personajes van apareciendo a lo largo de los cien años que abarca la novela y nos van transportando a las goletas (la mayor parte de la novela transcurre en el mar), a la dureza de la vida en un espacio reducido, la violencia que emerge como algo consustancial a la vida del barco, sobre todo por parte del capitán y el primer oficial, las tempestades, los momentos de calma chicha, los puertos en los que se desembarca brevemente, etc.

Tres personajes destacan por encima de los demás, aunque hay secundarios muy interesantes, Albert Madsen, un viejo marino que ha regresado tras una larga experiencia en el mar, cosa excepcional; Knud Erik Friis al que vemos desear su turno de navegar pese a la oposición de su madre, viuda de un marinero ahogado; y ella misma, Klara  Friis, que intenta alejar del mar no solo a su hijo sino a todo Marstal. Y es que esta localidad es de las mujeres puesto que los hombres o están navegando o muertos, ahogados. La variedad de personajes femeninos es llamativa, desde la viuda Rasmusen que consolaba a otras viudas cuando llegaba la fatídica noticia, la propia Klara, Karoline, esposa de Laurids y mujer tradicional que cumple con su papel, Erna, etc., etc.

A través de los personajes de la novela de Jensen y de una voz colectiva (ese “Nosotros” que ya aparece en el título y a lo largo de toda la novela), la de la comunidad, el autor va desgranando historias que suponen el paso de la niñez a la madurez, de la tradición marinera a la modernidad, y todo ello a través de viajes que recorren los mares y en los que el odio, el amor, la venganza, la amistad, la traición y otras muchas emociones, van tejiendo una historia que sin ser de acción, imprime un ritmo a la historia que no nos deja desengancharnos de todos los sucesos que se van produciendo. Inevitable pensar en la Odisea, en Ulises, en Penélope, pero también en muchos otros libros de viajes y autores como Stevenson o Conrad.
(…) no basta con saber adónde quieres ir, porque la vida, igual que la ruta del barco de vela, no consiste prácticamente más que en rodeos, causados bien por la calma chicha, bien por la tormenta (446).

El autor, que narra esta larga historia con inteligencia y calidad literaria, consigue que una historia muy localista alcance valor universal por las muchas emociones y sentimientos que pone en juego, de tal forma que las preguntas y las reflexiones nos  acompañan a lo largo de su lectura. Una buena novela que, por cierto, ganó el premio más prestigioso de Dinamarca, el Danske Banks Litteraturpris. Huelga decir que me han entrado unas tremendas ganas de llegar hasta la isla de Aero en la que está ubicada la localidad de Marstal, lugar de nacimiento de Jensen.

35 comentarios:

  1. Sí, recuerdo la reseña de Agnieszka sobre este libro, y también me llamó la atención. Los nórdicos han tenido una relación única con el mar, de fascinación y temor al mismo tiempo. Ya desde su pasado vikingo, sobre el mar siempre se han sentido poderosos. Paradójicamente, en los océanos que muchas veces surcaban los vikingos, escenarios mortales, es donde encontraban mayor sentido a sus vidas.
    Igual que comenté la otra vez, entre esos “lobos de mar”, recuerdo al que quizás fue el más legendario lobo de mar danés; Peter Freuchen, y su memorable libro autobiográfico “El viking errante” que leí hace 24 o 25 años. Una delicia.
    El mar siempre ha susurrado un mensaje que llevamos milenios intentando descifrar, como las sirenas a Ulises, e irremediablemente nos entregamos a su llamada… Este libro seguro que es un buen “viaje” a ese horizonte inabarcable.
    Abrazos Laura!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. La novela habla justamente de la peligrosidad de surcar los mares en las rápidas goletas y las dificultades de afrontar tempestades y otras dificultades. Y pese a ello, cómo los hombres se sentían atraídos por el oficio de marineros.
      El mar es un espacio de libertad, un poco fuera del mundo disciplinado y controlado de tierra, así que no es de extrañar que tenga un efecto tan atrayente.

      Tendré en cuenta esa referencia del libro de Freuchen.

      Si decides embarcar, buen viaje!!!

      Abrazos!!

      Eliminar
  2. Me alegro de que hayas disfrutado de la lectura. Es una novela inolvidable, toda una aventura literaria.
    abrazos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias por dármelo a conocer, ciertamente es una novela que queda en el recuerdo.

      Abrazos!!

      Eliminar
  3. Estoy en dudas con este libro, pero por cuestiones personales. Circunstancias de la vida (esta p... crisis) ha hecho que mi marido haya tenido que buscarse la vida ahora en la mar. Y se pasa mal cuando tiene que estar dos meses fuera. Menos mal que ahora con los "guasap" se lleva mejor. Así que por un lado me apetece, porque se ve que es una joyita en su terreno, pero por otro, no sé si voy a sufrir...
    Besotes!!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Casi mejor que la dejes aparcada de momento. Desde luego los barcos de ahora no tienen nada que ver con los de vela y vapor, pero mejor leerlo en otro momento.

      Besos!!

      Eliminar
  4. Yo también leí las líneas de Agnieszka y lo busqué. Compone 'la tour Eiffel' de libros a leer. Con las tuyas, me parece que lo acercaré a la zona de lectura.
    Un fuerte abrazo!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pero calcula que es un libro extenso, cosa que yo no hice. Hay que buscar un momento adecuado.

      Un gran abrazo!!

      Eliminar
  5. Supongo que la vida en el mar atrae a los que habitamos con los pies firmes sobre tierra, que a los que se ganan el pan, o el pescado, mediante ese duro trabajo. Esperaré para leerlo a que pasen los temporales de invierno atracado en la trilogía de El Cairo. Resguardado entre el puerto del sordo sillón rojo a ratos y al pairo del fuego. Un beso.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Estoy de acuerdo a medias, en esta novela se habla de la fascinación de los niños y jóvenes por el mar incluso sabiendo que la muerte era habitual. Contra esa fascinación intenta luchar Klara Friis con un resultado que no era el que ella esperaba.

      Sabia decisión. Tenemos entre manos además la lectura conjunta de El callejón de los milagros. Haces una inmersión en plena en Mahfuz.

      Un beso!!

      Eliminar

  6. Es un tema que me ha atraído de siempre...
    Apuntado queda y también el de 'Naguib Mahfuz' un escritor al que hace tiempo quiero hincarle el diente... a ver cuando...

    Besos por aire, mar y tierra!!!
    Buen finde!!

    ;)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Un gran libro de aventuras con todo lo que eso supone. Y Mahfuz a su manera también nos introduce en las aventuras de un callejón.

      Es sugerente la ilustración ¿verdad?

      Besos y buena semana!!

      Eliminar

  7. PD: Me gusta mucho el dibujo/ilustración/cuadro que acompaña la reseña.

    ResponderEliminar
  8. Siempre valoro mucho todo lo que haces, eres una gran lectora y escritora.

    ResponderEliminar
  9. Una propuesta que llega del Norte, de nuestro querido norte y que se aleja bastante de lo que suele llegar normalmente. Me interesa mucho la novela, por el periodo y la ambientación, la narración en ese plural mayestático, sé que voy a disfrutar mucho del estilo y bueno, tu conclusión ya me lanza porque sabes que apoyo el universalismo frente a la globalización con todas mis fuerzas y como dices, este parece ser un buenísimo ejemplo. No sé dónde está Marstal pero lo descubriré en mi próxima aventura por el Norte ;) Besos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Es una pequeña isla en el archipiélago que tiene la península danesa a la derecha, en el sur.
      Coincido contigo en mi vocación universalista, respecto al nacionalismo, pero contraria a la globalización que empuja el capitalismo. Parece un galimatías pero no lo es ¿verdad que no?

      Una novela de aventuras en el sentido clásico, te gustará.

      Besos!!

      Eliminar
    2. No, no lo es, yo lo entiendo exactamente igual. En cuanto a la novela, me la llevé ;)

      Eliminar
    3. Como me anima y me consuela encontrar coincidencias.

      Eliminar
  10. Bien, me encantan las novelas de aventuras con todo el trapo arriba, en cáscaras de nuez zarandeadas por los elementos, como la vida misma. Me la apunto.
    Saludos

    ResponderEliminar
  11. Una reseña cargada de información sobre la obra en cuestión... se percibe una trama un tanto trágica... dramática... un vaivén entre la aventura en el mar y de la seguridad en tierra, en buen o no tan buen puerto...

    ¿Sabes? cuando llegué a lo que apuntas de pensar en la Odisea, en Ulises, ... sentí satisfacción, porque ya llevaba unos cuantos renglones más arriba pensando en tal cosa... y es que yo soy un zope para esto de la novela... pero tus reseñas están tan bien hechas que hasta los torpes como yo consiguen entender y situar el contenido de los libros que nos muestras a través de esta ventana...

    Como siempre: tremendamente interesante...

    Gracias. Sigo aprendiendo cada vez que leo lo que escribes.

    Besos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues yo no te veo ¿zote? para nada, lo que pasa es que te dedicas más a la lectura de obras que no son de ficción. Espero que algún día lograré atraerte a la lectura de la ficción, a veces enseña tanto como las que no lo son y, sobre todo, son un maravilloso refugio, un consuelo para afrontar estos tiempos.

      Gracias y abrazos!!

      Eliminar
  12. Las historias del mar aunque parezcan de aroma local siempre expresan conceptos para cualquier tiempo o lugar. Estoy pensando en Melville, en Stevenson y en aquel marino polaco que se cambió el nombre por el de Joseph Conrad pero también de las fábulas y de esa maravillosa novela de Cunqueiro llamada Si o vello Simbad volverse as illas o de las novelas populares pero muy dignas de Patrick O'Brian
    En fin es el mar, la mar y está dicho todo en tres letras.
    Besos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. En ese tipo de novela podemos inscribir esta novela. La que no he leído es la de Cunqueiro ni tampoco las de Patrick O'Brian. Dejo a ambos autores en mi nube particular y es posible que emerjan en un momento determinado.

      Mar, síntesis de tantas cosas y de nada (me encanta sentarme y ver el movimiento tranquilo o agitado del mar).

      Besos!!

      Eliminar
  13. Aunque me tira un poco para atrás esas seiscientas y pico páginas, me tienta mucho el tema, ya que soy un animal marino varado en el asfalto, una viajera que viaja menos de lo que le gustaría y una aventurera con la pata quebrada por las circunstancias de la vida, pero también por mis propias elecciones.
    Y parece por tu magnífica reseña que tiene todo lo que necesito para pasármelo en grande.

    De momento me lo apunto en mi lista y pruebo si mis muñecas aguanta tanto peso.

    En cuanto a que pueda o no ser local, me pasa al revés, lo confieso, leo muy poca literatura española, quizá porque prefiero explorar otros mundos, que el de aquí al lado lo tengo muy visto.

    Ah, divino lo de ponerse unos zapatos rojos en casa, yo soy de ir descalza, en invierno con calcetines calentitos.

    Un placer pasar por aquí.

    Un beso,

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Me gusta el mar, pero me mareo en cuanto subo a un barco (pequeño, porque grande no lo he probado), así que lo tengo ahí, cerca y lo disfruto cuando puedo. Si te gustan las novelas de aventuras, estás en la obra perfecta, aunque es peculiar porque mucha acción tampoco tiene.

      Por local me refiero a que la novela está ambientada en un pequeño pueblo danés, pero que lo que ocurre en la trama es universal.

      Respecto a la literatura española, voy a rachas, y llevo una racha en la que leo poca.

      Jajajaja, ni me imagino con esos taconazos, yo voy con "pantuflas".

      Besos!! Y gracias por tus confidencias :)

      Eliminar
  14. Muy dura la vida en el mar... Eso es evidente... Y encima, lo se por algún familiar, raro es cuando no tienen ni siquiera eso, debido a la crisis y a las regulaciones... Mala cosa

    Un abrazo, amiga

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Esta novela describe esa dureza plenamente, además con unas embarcaciones mucho más inseguras que las actuales. Pero también habla de un trato (mejor maltrato) que confío en que no se de en la actualidad.

      Abrazos!!

      Eliminar
  15. Amiga, lo del blog de cuentos esta en fase inicial. Hasta ahora, he publicado diversos cuentos mezclados con las fotografías y pensé en abrir este nuevo, solo para pequeños relatos. No se si seguiré adelante en el empeño... Te agradezco mucho tus palabras

    Un abrazo

    ResponderEliminar
  16. ¡Pues, chica, que mejor ocasión para acercarte a ese topos!

    Y comenzar ese viaje de cien años por los mares...

    Abrazos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡¡Qué la travesía te sea agradable y te llene de dones!! Con velas blancas, naturalmente!!

      Abrazos!

      Eliminar
  17. COMENTARIO DE ANACOS CON BIBLIOTECA (intenté borrar uno de los dos comentarios que contenía una errata y los he borrado los dos, disculpas, Anxo!!):

    Este libro lo leímos en el club de lectura de mi pueblo hace unos meses y me gustó especialmente, me entraron ganas de ir a Marstal, esa isla la tengo como posible viaje literario cercano a utópico. En esa lista tambien tengo para visitar la ciudad de Višegrad y su puente Mehmed Paša Sokolović, "Un puente sobre el Drina".
    Guardé en favoritos el blog de Agnieszka

    Saludos
    Anxo

    ResponderEliminar

DIME QUÉ PIENSAS SI ASÍ LO DESEAS...