viernes, 5 de diciembre de 2014

MARCEL PROUST, A la sombra de las muchachas en flor. En busca del tiempo perdido II

La lectura de esta monumental obra en siete volúmenes la inicié en el mes de junio pasado con Por la parte de Swann acompañada de Marcelo Z y de Carlos. El ritmo de Marcelo Z ha sido mucho más rápido puesto que ya ha reseñado el cuarto volumen, Sodoma y Gomorra, mientras que Carlos y yo apenas hemos terminado con el segundo volumen.
La labor de la causalidad que acaba surtiendo casi todos los efectos posibles y, por consiguiente, también los que lo eran –según habíamos creído- menos es a veces lenta, retardada un poquito más aún por nuestro deseo, que, al intentar acelerarla, la obstaculiza, por nuestra propia existencia, y no llega a su término hasta que hemos cesado de desear y a veces de vivir (p. 57).

En esta ocasión el título de esta obra está relacionado con el grupo de muchachas que conoce el enfermizo protagonista mientras veranea en el balneario  de Balbec. La novela es algo más extensa que la anterior puesto que tiene 619 páginas.
Este segundo volumen está dividido en dos partes, A propósito de la Sra. Swann y Nombres de países: el nombre, siendo más breve la primera parte, que llega hasta la página 255, que la segunda.


En este volumen el narrador, al igual que en el primero, es omnisciente ya que conoce todo sobre la historia. De esta manera va  exponiendo y comentando las actuaciones de los personajes y los acontecimientos que se van desarrollando en la narración.

En A propósito de la Sra. Swann, Proust enlaza con el anterior volumen y muestra el enamoramiento del doliente Marcel respecto de Gilberte, la hija de los Swann. A través de acontecimientos vividos por los personajes, especialmente del protagonista, el narrador describe, de forma profusa y reiterada, elementos psicológicos de la naturaleza humana, sobre todo aspectos del amor o sobre su pérdida y aprovecha para abundar en los pensamientos más íntimos que, según supone, cruzan por la mente de los personajes principales, sus estados de ánimo y sentimientos. Marcel tiene la fórmula para afrontar el desamor de su amada: fingir indiferencia hacia Gilberte para atraerla. No solo no logrará su objetivo sino que la indiferencia de él acabará siendo una realidad.
La mirada investigadora, ansiosa, exigente que dirigimos a quien amamos, nuestra espera de la palabra que nos infundirá o nos disipará la esperanza de una cita para el día siguiente y –hasta que dicha palabra sea pronunciada- nuestra imaginación alterna –ya que no simultanea- de la alegría y la desesperación hacen que nuestra atención ante la persona amada sea demasiado trémula para que pueda obtener una imagen bien nítida de ella.
Cuando amamos, el amor es demasiado grande para poder mantenerse enteramente dentro de nosotros; irradia hacia la persona amada, encuentra en ella una superficie que lo detiene, lo obliga a volver hacia su punto de partida, y ese choque de retorno de nuestra propia ternura es lo que llamamos los sentimientos del otro y nos encanta más que a la ida, porque no reconocemos que procede de nosotros (p. 79).

Nombres de países: el nombre, transcurre en el balneario de Balbec, Cabourg, a donde acude el protagonista con su abuela para recuperarse de sus dolencias. En ese pequeño cosmos de nobles y burgueses que descansan, de su descansada vida, durante el verano, Marcel conocerá a diversos personajes entre los que destacan las muchachas en flor. Se enamorará de todas, especialmente de una, Albertine. Tiene los primeros contactos con el arte, y el acto creativo, al conocer al pintor Elstir y logra la amistad del joven Saint-Loup (¿ese nombre tiene doble lectura?), lector y estudioso del precedente del anarquismo, Proudhon, y de Nietzsche con el que también se emborracha y divierte algunas noches.


Toda la novela es una reflexión sobre los senderos de la memoria por donde van desfilando recuerdos, momentos vividos, impresiones y también, porque no, posibilidades de un futuro ya sabido por el narrador. Este párrafo, que es más largo y que os recomiendo que leáis en toda su extensión, es extraordinario y por ello deseo resaltarlo. Es, por otra parte, una versión mejorada del pasaje de la famosa magdalena:
(…) los recuerdos amorosos no son una excepción de las leyes generales de la memoria, regidas, a su vez, por las –más generales- de la costumbre. Como ésta lo debilita todo, lo que mejor nos recuerda a una persona es precisamente lo que habíamos olvidado (porque era insignificante y lo habíamos conservado, así, con toda su fuerza). Por eso, la mejor parte de nuestra memoria esta fuera de nosotros, en una ráfaga lluviosa, en el olor a cerrado de una habitación o en el de una primera llamarada, donde quiera que recuperemos de nosotros mismos lo que nuestra inteligencia –por resultarle inútil- había desdeñado, la última reserva del pasado, la mejor, la que, cuando todas nuestras lágrimas parecen agotadas, sabe aún hacernos llorar (p. 260).

Su prosa es delicada, perfeccionista y describe con extrema lentitud y parsimonia cada uno de los acontecimientos de la vida privada de sus personajes, esta cualidad se convierte, a menudo, en una involuntaria desconexión de la lectura causada por el aburrimiento. Esas desatenciones provocadas por el tedio tienen el peligro de que nos pasen inadvertidas reflexiones extraordinarias y brillantes que, como si fueran fogonazos, aparecen aquí y allá.

Hay un cierto trasfondo histórico pero es secundario, Proust nos sitúa en un ambiente social que parece inmune a los cambios económicos propiciados por la II Revolución industrial y el duro colonialismo francés. Nada dice del clima social de represión contra la izquierda, especialmente contra el anarquismo de acción de finales de la centuria, aspectos todos ellos que conducen a la Gran Guerra sin que parezca que sus protagonistas se percaten ni les afecte. Las notas del caso Dreyfus nos revelan que el ambiente en que se mueve Marcel, como la mitad de los franceses de la época, es claramente antisemita y chauvinista, especialmente entre la aristocracia, y nos sitúa con claridad a finales del siglo XIX, momento en el que Proust había superado la treintena mientras que el Marcel de la novela es veinteañero.


El balance de la lectura de este segundo volumen nos pone ante la tesitura de abandonar esta aventura de tamaño colosal, no cerramos la posibilidad a una continuidad posterior pero dejaremos pasar unos meses, eso seguro.

71 comentarios:

  1. Bueno, es magnífico saber que han procurado continuar con la propuesta, aunque se tomen su tiempo. Me alegra sobremanera encontrar líneas tan profundas. Comparto contigo en que las descripciones tan minuciosas conspiran contra las pequeñas grandes bellezas que contienen, a veces sólo en una frase o en un pensamiento.
    La obra en general destila chauvinismo y cierta dosis de antisemitismo solapado. Este volumen que habéis leído exhibe la naturaleza de un Marcel enamoradizo y voluble. Es un libro colosal, al que le sobran unas cuantas páginas -es así con todos los volúmenes-.
    Enhorabuena! Gracias por compartirnos tus apreciaciones.
    Un beso grande!

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    1. Veremos si seguimos con los siguientes, este me ha dejado agotada.

      Odio el nacionalismo, el racismo (en especial el antisemitismo por todo lo que ocurrirá poco después), el elitismo de las clases ociosas, así que todo esto obra en contra de su lectura. Sin embargo ya momentos gloriosos, de una profundidad humana extraordinaria.

      Enhorabuena a ti, que sigues viento en vela y creo que ya has alcanzado el quinto volumen ¿verdad? (estos días voy muy perdida de tus lecturas y de las de los demás, ¡¡qué desastre!!).

      Besos!!

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  2. Tengo en la biblioteca los 7 volúmenes, están ahí desde hace más de 20 años, como con el Quijote, Ulises y alguna más que olvido, empiezo con buena voluntad, pero esta se acaba a las pocas hojas.

    Saludos

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    1. Bueno es tenerlos, siempre podemos acabar recalando en ellos.

      Un abrazo!

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  3. Hace unos días fui a una feria de libros y me encontré con Ulises; te alegrará saber que en lugar de dar media vuelta, lo que casi siempre hago, por lo que me impone ese libro, me acordé de ti y lo compré. No sé qué tan pronto me anime a empezarlo, pero ya lo tengo conmigo y te agradezco por eso. Y en cuanto a este, qué te digo, otro señor libro al que me gustaría acercarme.

    Besos.

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    1. Has dado el primer paso, cuando te llame de nuevo, navegaras por sus páginas.

      Besos!!

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  4. Este verano empiezo con el primer tomo.

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  5. Una lectura difícil, parece... Así que de momento no me arrimo a ella, aunque me han gustado algunas de las citas. Entiendo perfectamente lo que dices de que cuando las lecturas empiezan a parecernos aburridas dejamos de prestar tanta atención y nos perdemos buenas reflexiones. A veces también he tenido esa sensación.
    Besos!

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    1. No es exactamente difícil, requiere, eso sí, mucha atención y entrar en su dinámica. Y no siempre es fácil hacerlo.

      Besos!!

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  6. No sé si me atreveré alguna vez con estos libros. Aunque ya has conseguido un avance. Antes ni me lo planteaba... Ahora me dejas con la duda. Temo ese aburrimiento... Pero pienso en esas reflexiones y en esa bella prosa que me estoy perdiendo...
    Besotes!!!

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    1. Me alegro si entra en tu ánimo la posibilidad de leerlo.

      Besos!!

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  7. Menudo dilema el de Proust. Pocos tienen una prosa tan perfecta. Como dices, hay fragmentos que son verdaderos fogonazos, su capacidad de análisis es imponente, su lucha contra el tiempo y el olvido. Pero la lentitud con la que todo transcurre, la morosidad en los detalles, ese navegar entre meandros, hace que uno acabe embarrancando.
    Aun así, A la sombra de las muchachas en flor es quizás el título más hermoso que conozco para una novela.

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    1. Exactamente. Lo has resumido a la perfección, supongo que o te dejas llevar por esa parsimonia y por esa actitud de dar importancia a todo por igual, desde la caída de una hoja a una ruptura amorosa, o te aburre. A mi me ha aburrido en esos largos y minuciosos fragmentos.

      Es un título muy hermoso, muy cierto.

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  8. 2º de siete... :O
    Admirable... pero demasiado largo y denso para mí... y eso que los párrafos/reflexiones que nos has acercado me han parecido interesantes...

    Venga... ¡ánimo!... que ya te queda poco para unas merecidas mini-vacaciones...
    Que ya están a la vuelta de la esquinaaaaaaa... ;)

    Mientras tanto, disfruta todo lo que puedas y te dejen de estos tres días...
    Besos y un fuerte y cálido abrazo!!!
    (Por aquí andamos entre los 0º y los 4º, más o menos... y la nieve, rondando cerquica).

    :)

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    1. Cerca pero lejos. Hoy vuelvo a coger el tren con el mismo destino que el finde pasado. Intento disfrutar sin que se apodere de mi el cansancio y el exceso de trabajo, pero de eso sabes mucho tú.

      Me gusta mucho el frío ;)

      Muchos besos!!!

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  9. La primera cita que has puesto es uno de los párrafos más reveladores sobre la naturaleza del amor que yo haya leído nunca.
    Hay mucho que hablar de “A la sombra de las muchachas en flor”. Por ejemplo, aunque no sea relevante hay que recordar que Proust era homosexual y las célebres muchachas serían muchachos, incluyendo a Albertine trasunto de Odilon Albaret, chofer del escritor. Imaginemos cambiar esa imagen de las chicas a chicos y las relaciones que tienen entre ellos. Ese lesbianismo encubierto de la novela se convierte en homosexualidad masculina con todo lo que eso conlleva para el cambio de perspectiva.
    Respecto a lo que dice Marcelo y tú misma sobre el antisemitismo solapado y el chauvinismo de la novela discrepo cordial pero radical y absolutamente.
    Proust describe, no juzga. El ambiente en que se mueve su personaje innombrado era profundamente antisemita y chauvinista pero eso no indica que el escritor piense igual. Él era judío y uno de los primeros personajes públicos que se puso al lado de Emile Zola cuando escribió el “Yo acuso” en defensa de la inocencia de Dreyfuss. Fue de los que buscó a otros personajes públicos, puerta por puerta, para que se sumasen a su reivindicación de que se reabriese el proceso de Dreyfuss. Nadie excepto el propio Zola hizo tanto para que se revisase aquel caso y desde una perspectiva totalmente progresista. Su obra Jean Santeuil es una reivindicación precisamente del asunto aquel.
    No nos dejemos llevra por las apariencias. Proust se recrea en la vida de la alta sociedad pero la describe como un entomólogo sin identificarse con ella. Precisamente en su libro, Contra Sainte-Beuve, combate la idea de que la obra de un escritor pueda ser estudiada desde un punto biográfico. Cuando se identifica autor con psicología de los personajes estamos cometiendo un error monumental. Para más inri, el narrador de En Busca del tiempo Perdido es sutilmente porDreyfuss.
    El último libro de la serie, El Tiempo Recobrado, -para mí y para muchos el mejor de todos- coloca a cada uno en su sitio. Creo que hay que llegar allí para entender que hay de añoranza y que de artificio en aquella sociedad que para bien o para mal ya ha quedado atrás tras la Primera Guerra Mundial.
    Besitos

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    1. Muy interesante este artículo de Muñoz Molina sobre Proust y su obra magna:
      http://cultura.elpais.com/cultura/2014/12/03/babelia/1417622325_607329.html

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    2. He repasado para ver si había afirmado, o se podía entender, que Proust era antisemita o chauvinista y no lo veo por ningún lado. Lo que afirmo es que describe ese ambiente entre las clases altas y que no nos da una imagen exacta de lo que ocurría en Francia por esas fechas. Ya que se dedica con tanta minuciosidad a describir emociones y hechos banales, me hubiera gustado encontrar un trasfondo más cercano a la realidad, pero comprendo que si describe las clases altas considere que ha de quedarse ahí. Y precisamente porque estoy de acuerdo con que las obras no se lean como biografías del autor, no he identificado el antisemitismo y demás con Proust.

      Para los "peros" que he señalado, igual me da que las muchachas sean muchachos y que el lesbianismo sea homosexualidad.

      He leído el artículo de Muñoz Molina y es muy interesante, en efecto. Siento no poder compartir tanto entusiasmo por la obra con él y contigo.

      Muchos besos!!

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    3. He escrito arriba:
      "Respecto a lo que dice Marcelo y tú misma sobre el antisemitismo solapado y el chauvinismo de la novela discrepo cordial pero radical y absolutamente."
      Escribe Marcelo:
      "La obra en general destila chauvinismo y cierta dosis de antisemitismo solapado."
      Y tú le contestas:
      "Odio el nacionalismo, el racismo (en especial el antisemitismo por todo lo que ocurrirá poco después), el elitismo de las clases ociosas, así que todo esto obra en contra de su lectura"
      Supongo que te refieres a esta obra y no a otra.
      Besos

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    4. A la obra, no al autor. Eso es lo que he matizado antes y reitero ahora de nuevo.

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  10. No desfallezcas, ya que estás en el segundo estás más cerca que ¿yo? Leí hace unos meses Por el camino de Swann y te comprendo perfectamente pero ya que empezamos no podemos dejarlo a medias, eso sí, con tiempo y parsimonia. Una parada para coger impulso.
    Besos

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    1. Seguro que tienes razón, la verdad es que no puedo decir que abandono, pero dejaré pasar tiempo para volver a coger impulso.

      Parece que tienes una impresión parecida a la aquí reflejada ¿no?

      Besos!!

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  11. No, no, nooooooooooooooooooo, Laura. No abandones. Me haces muy feliz, yo estoy releyendo la obra, en enero leo el segundo tomo y me uno a vosotros para el tercero cuando digáis. Es cierto que es una tarea colosal pero te puedo asegurar que la relectura se disfruta mucho más que la primera vez, es como pasear por un sendero que te gusta sabiendo perfectamente donde dirigir los sentidos en busca de detalles. Un beso.

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    1. Valeeeeeeeeeeeeeeeeee, te haré caso, cuando acabes el segundo avisa y nos ponemos con el tercero.

      Vamos, lo de releer ya me parece un imposible, me conformo con llegar a meta y lo veo sumamente complicado si no le encuentro la chispa para seguir.

      Un beso!!

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    2. Bueno, cuando lea el segundo que será en enero te lo digo y ya pones tú fecha. Y de una cosa estoy segurísimo: un día, cuando tengas ganas, vuelve a lo ya leído, al niño esperando el beso de la madre etc... Te arrastra, la relectura te arrastra y sobre todo a lectoras como tú.

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  12. Una belleza!
    Sin duda, Marcel creía en la "causalidad"

    Un beso y un regalo querida Laura.


    Un breve instante se cruzaron
    tu mirada y la mía.

    Y supe de repente
    -no sé si tú también-
    que en un tiempo
    sin años ni relojes,
    otro tiempo,
    tus ojos y mis ojos
    se habían encontrado,
    y esto de ahora
    no era más que un eco,
    la ola que regresa,
    atravesando mares,
    hasta la antigua orilla.


    Meira Delmar

    (Reminiscencia)

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    1. Qué versos tan preciosos. Gracias mil!!

      Y mil abrazos agradecidos por tus regalos.

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  13. Esta Cita es genial: La labor de la causalidad que acaba surtiendo casi todos los efectos posibles y, por consiguiente, también los que lo eran –según habíamos creído- menos es a veces lenta, retardada un poquito más aún por nuestro deseo, que, al intentar acelerarla, la obstaculiza, por nuestra propia existencia, y no llega a su término hasta que hemos cesado de desear y a veces de vivir.

    Voy a hacerme el proposito de leer esta obra.
    Ahora ando enfrascado en Julia Navarro y Maria Dueñas, en cuanto las termine, me voy a estas sin dudas.

    Abrazos
    Carlos

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    1. Ármate de paciencia, adáptate al ritmo proustiano y disfrutarás (y tómate con calma el asunto si alguna vez te aburres).

      Abrazos!!

      Pdt: No he leído nada de Navarro y de Dueñas "El tiempo entre costuras".

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  14. tu reseña me ha gustado, sin embargo, le huyo de momento a Proust.
    Un beso,
    Ale.

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  15. La reseña estupenda. Sólo me cabe añadir a toro pasado, qué es ésta obra a mi entender, más ancha y larga que profunda, pues bien hubieran cabido en ella abundantes descripciones sociales o históricas de la época, no puedo evitar compararla con otra leída a posteriori del autor Don Gonzalo Torrente Ballester, Filomeno a mi pesar, que sin renunciar a describir los propios sentimientos, no se deja esos aspectos en el tintero. Un Berso.
    Leer en tu compañia, compartir vivencias y sentimientos entre letras
    es algo, como realizar un mágico viaje, un periplo conjunto y secreto
    plagado de descubrimientos, a través de sendas de un mundo nuevo.

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    1. Que bien describes ese periplo de comentarios, risas y pareceres que nos unen en las lecturas compartidas.
      ¿Nos animaremos con el tercero teniendo en cuenta los diversos comentarios que aparecen aquí recogidos?

      Torrente Ballester es un gran autor, tengo muchas de sus obras leídas.

      Bersos!!

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  16. Pues yo soy de los que cada vez tengo más afianzada la sensación de que si lo hacemos con otras cosas también podemos hacerlo con un libro. Me refiero a dejarlo. Muchas veces he terminado cosas por que había que terminarlas, por que no se podían dejar ahí...
    Y leyéndote, como cuando narraste la experiencia de Finnegans de Joyce....por una parte me riño y me digo tengo que ponerme las pilas, que me estoy volviendo un dejado....pero por otra...y viendo que hay tantas cosas por leer....no se.
    En mi caso...una peli dura hora y media...pero hay libros que llevan mucvho más, y una entrega que te hace sumergirte en lo que lees....y no se...por una parte te envidio el tesón, enhorabuena, por otra....un abrazo

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    1. Es raro que abandone la lectura de un libro. No me gusta hacerlo, siempre pienso que encontraré algo bello en alguna parte y que si abandono me lo perderé. Pero no pienses que me parece mal que haya lectores que dejen un libro sin acabar, cada cual es cada cual.

      Si que es interesante Molly Johnson, me alegro que te guste.

      Abrazo!!

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  17. Por cierto, que se me olvidaba....Molly Johnson muy bien, me gusta

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  18. ¿Qué es lo que está a la sombra de las muchachas en flor? quizás el siguiente fragmento nos ayude a responder:

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  19. Pero, ¡ay! Que en la flor más fresca ya se pueden distinguir esos puntos imperceptibles que para un alma despierta dibujan lo que habrá de ser, por la desecación o fructificación de las carnes que hoy están en flor, la forma inmutable y ya predestinada de la simiente. Observa uno con deleite una naricilla parecida a una menuda ola deliciosamente henchida de agua matinal y que al parecer está inmóvil y se puede dibujar porque el mar se muestra tan tranquilo que no se nota el mover de la marea. Los rostros humanos parece que no cambien cuando se los está mirando, porque la revolución que sufren es harto lenta para que podamos percibirla. Pero basta con ver junto a esas muchachas a sus madres o a sus tías para medir las distancias que por atracción interna de un tipo, generalmente horrible, habrían atravesado esas facciones en menos de treinta años, hasta la hora en que el mirar decae y el rostro que traspasó la línea del horizonte ya no recibe luz ninguna. Yo sabía que lo mismo que existe, profundo e ineluctable, el patriotismo judío o el atavismo cristiano en aquellos que se consideran más libres del espíritu de raza, así bajo la rosada inflorescencia de Albertina, de Rosamunda, de Andrea vivían sin que ellas lo supieran, y en reserva para las circunstancias, una nariz basta, una boca saliente y una gordura que extrañaría, pero que en realidad se hallaba ya entre bastidores, dispuesta a salir a escena; igual que una vena de dreyfusismo, de clericalismo, repentina, imprevista, fatal; igual que un heroísmo nacionalista y feudal surgido de pronto al conjuro de las circunstancias, de una naturaleza anterior al individuo mismo, y con la cual piensa, vive, evoluciona, se fortifica o muere el hombre sin poder distinguirla de los móviles particulares con que la confunde. Hasta mentalmente dependemos de las leyes naturales mucho más de lo que nos figuramos y nuestra alma posee por anticipado, como una criptógama o gramínea determinada, las particularidades que se nos antojan escogidas por nosotros. Pero no somos capaces de aprehender más que las ideas secundarias, sin llegar a la causa primera (raza judía, familia francesa, etc.) que las produce necesariamente, y que se manifiesta en el momento que se desee. Y puede ser que aunque algunos pensamientos no nos parezcan resultado de una deliberación y ciertas dolencias efecto de una falta de higiene, tanto las ideas de que vivimos como la enfermedad de que morimos nos vengan de familia, como a las plantas amariposadas la forma de su simiente.
    Allí en la playa de Balbec, cual en plantío donde las flores se dan en épocas diferentes, había yo visto esas secas simientes, esos blandos tubérculos que mis amigas serían algún día. ¿Pero qué importaba eso? Ahora era el momento de las flores.

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  20. Yo sabía que lo mismo que existe, profundo e ineluctable, el patriotismo judío o el atavismo cristiano en aquellos que se consideran más libres del espíritu de raza, así bajo la rosada inflorescencia de Albertina, de Rosamunda, de Andrea vivían sin que ellas lo supieran, y en reserva para las circunstancias, una nariz basta, una boca saliente y una gordura que extrañaría, pero que en realidad se hallaba ya entre bastidores, dispuesta a salir a escena;

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  21. Allí en la playa de Balbec, cual en plantío donde las flores se dan en épocas diferentes, había yo visto esas secas simientes, esos blandos tubérculos que mis amigas serían algún día. ¿Pero qué importaba eso? Ahora era el momento de las flores.

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  22. Ja ja ja aquí el humor de M. Proust dibuja desde la estética esa condena genética a la que todos estamos encadenados sin escapatoria, el inexorable paso del tiempo al que todos tenemos que rendir vida y espíritu es novelado con profusión y escrúpulo al detalle. A la sombra de las flores, las secas simientes.

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  23. ¿Qué tan dramático puede ser todo esto? (Retrato de Dorian Gray) todo depende de la inmersión que se haya hecho en la consciencia hasta bucear en el infinito mismo.

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  24. De Spleen de París
    ¡Qué penetrante es el final de los días de otoño! ¡Ah, penetrante hasta el dolor! Pues hay ciertas sensaciones deliciosas, cuya vaguedad no excluye la intensidad; y no hay punta más acerada que la del Infinito...

    CHARLES BAUDELAIRE

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  25. Ya había comentado con anterioridad la relación ontológica primero desde la mitología y la estética y luego desde la filosofía y la ciencia de las culturas y el gnomón, tema recurrente de forma sutil o abierta en casi todas las manifestaciones espirituales de lo que da fe J. Joyce de principio a fin en su obra.

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  26. Recordemos la paradoja de Zenón de Aquiles y la Tortuga, El veloz Aquiles jamás alcanzará a la tortuga en ese juego de particiones al infinito.

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  27. ¿Qué tan inalcanzable y esquivo puede resultar el infinito?

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  28. Aristóteles enunció para más de dos mil años su no profanación cuando declaró su existencia solo como potencia, sumido en ese letargo de siglos hasta que Newton y Leibniz lo plastificaran y lo sometieran al rigor del cálculo matemático y con ello cimentaran toda la ciencia hasta nuestros días.

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  29. ¿Y en cuanto a la estética? de ello también se ocupó el arte y uno de sus profanadores fue precisamente M. Proust, con sus alcances de memoria voluntaria y memoria involuntaria, trascendiendo desde la primera a la segunda llega a establecer, o llega a esa dimensión de tensión y vértigo entre el yo pasado y presente donde el tiempo matemático y geométrico se desvanecen. Dimensión o facultad que en palabras del escritor es un éxtasis de tal intensidad superior a la embriaguez o al sueño (tema ya explorado en su tomo anterior)

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  30. Una vez poseso por esta nueva facultad su capacidad de visión se amplia a tal grado que puede con deleite detenerse en el fluir del tiempo para describir con minuciosidad su manifestación en todos los aspectos, es toda una aventura en un paraíso para lo cual no tiene la más mínima prisa, tal cual como los impresionistas (¿verdad querida María? ja ja ja quien ya me metió en un mausoleo) Monet pinta la catedral de Rouen unas treinta veces bajo distintos matices atmosféricos y los resultados nunca son iguales unos a otros.

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  31. ¿Se proponía Monet solo pintar varias veces hasta el aburrimiento el mismo objeto? ¿qué pretendía el pintor entonces? ¿tal vez a través de esa aparente repetición llegar a la misma dimensión de lo infinito? ¿a ese intenso éxtasis mayor que la embriaguez y el sueño?

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  32. ¿No es bajo la pasión y el gozo continuo de la repetición que algunas veces logramos trascender algo de lo cual queremos liberarnos? ¿cuántas veces habrá que lanzarse al agua una y otra vez para poder dominar el poder de la natación? ¿cuántas veces se tendrá que repetir una nota hasta que suene como la pieza exacta en ese ejercicio donde nos nacerán alas?

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  33. "Una diferencia preside cada serie (carácter particular del amor)
    Si Albertina tenía algo de la Gilberta de los primeros tiempos en su afición a la diversión, es porque existe una cierta semejanza, aunque evolucione, entre las mujeres que amamos sucesivamente, semejanza que se debe a la fijeza de nuestro temperamento, porque es él quien las escoge y elimina a todas aquellas que no nos sean a la vez opuestas y complementarias, es decir, adecuadas para dar satisfacción a nuestros sentidos y dolor a nuestro corazón. Esas mujeres son un producto de nuestro temperamento, una imagen, una proyección invertida, un «negativo» de nuestra sensibilidad. De suerte que un novelista podría describir a lo largo de la vida de su héroe casi exactamente iguales a sus sucesivos amores, y no dar la impresión de imitarse a sí mismo sino de crear, porque hay menos fuerza en una innovación artificial que en una repetición destinada a sugerir una verdad nueva. Incluso añadiría un índice de variación en el carácter del enamorado, acusándose a medida que progresa hacia nuevas regiones y otras latitudes de la vida. Y quizá expresaría aún una verdad más si trazara los caracteres del resto de personajes, pero se abstuviera de atribuir ninguno a la mujer amada. Conocemos el carácter de quienes nos resultan indiferentes, mas ¿cómo podríamos captar el de un ser que se confunde con nuestra vida, que llegamos a no separar de nosotros mismos, y sobre cuyos móviles no dejamos de elaborar ansiosas hipótesis, perpetuamente modificadas? [...] El objeto de nuestra inquieta investigación es más esencial que las particularidades de su carácter, semejante a esos rombos diminutos de la epidermis cuyas variadas combinaciones constituyen la decorativa originalidad de la piel. Nuestra intuitiva radiación las filtra y nos brinda imágenes que no corresponden a un rostro particular, sino que representan la sombría y dolorosa universalidad de un esqueleto. "

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  34. hay menos fuerza en una innovación artificial que en una repetición destinada a sugerir una verdad nueva.

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  35. El objeto de nuestra inquieta investigación es más esencial que las particularidades de su carácter, semejante a esos rombos diminutos de la epidermis cuyas variadas combinaciones constituyen la decorativa originalidad de la piel. Nuestra intuitiva radiación las filtra y nos brinda imágenes que no corresponden a un rostro particular, sino que representan la sombría y dolorosa universalidad de un esqueleto. "

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  36. Ja ja ja ja ja ja ja Besotes mi querida Luna!!!!!!!!!!!!!

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  37. "En el amor uno siempre escoge mal..." ja ja ja.
    Dejo este vídeo para quienes deseen tener más información sobre este coloso de la literatura y cultura universal. https://www.youtube.com/watch?v=MTQpFzhu-LA

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    1. He leído con cuidado tus comentarios y dejo el vídeo para cuando tenga un rato para verlo puesto que necesito una hora.

      Propones y persuades sobre la necesidad de la minuciosidad y la repetición como modo de llegar a la belleza y la perfección y "trascender algo de lo cual queremos liberarnos". Tendré en cuenta está manera de ver esa lenta minuciosidad pero ahora mismo solo logra distanciarme de la obra.
      Por otro lado está el amor como reflejo del propio yo o lo que es lo mismo como manera de amarnos a nosotros mismos en otra persona. Me cuesta aceptarlo pero es posible que así sea.
      El paso del tiempo deja emerger las secas simientes allí donde hubo frescas flores, ¿flores bobaliconas y simientes vividas que incorporan sabiduría? ¿Quizás la flor de la sabiduría es un simiente seca? No debo descartarlo.

      Sobre llegar a la dimensión del infinito, no sé qué decir, soy poco ambiciosa al respecto.

      Besos, querido Aristos. Siempre me haces pensar y eso lo valoro muchoooooo!!!!!

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    2. Concluyendo diría que la obra de Proust es interesante, aporta reflexiones que hacen pensar y mucho, pero me aburre su lentitud y minuciosidad, de lo que concluyo que no he entrado en el "estado" adecuado para su lectura.

      Yo leeré el tercero, no sé Carlos, pero dejaré pasar meses y quizás pueda coincidir también con Yossi.

      Abrazos!!

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  38. Ja ja ja ja ja querida Luna!!!!!! me gustó bastante eso del estado adecuado ja ja ja. De hecho los artistas que se aventuran a estas inmersiones llegan a dimensiones que jamás nadie a experimentado o solo unos cuantos y desde allí tratan de expresarse. Esta es una obra de 7 tomos y pocos son los que pasan de las primeras páginas y tener una perspectiva desde el inicio sería imposible, pero la mayoría hace bien en no obligarse a seguir pues si no hay una motivación cualquiera que esta sea ¿para qué auto torturarse? hay libros que están pensados exclusivamente para uno y desde la primera letra hasta la última es solo una dicha parecen ser los libros que uno nunca escribió y nunca escribirá y llega uno al 100 por ciento y de ahí sigue y sigue y nunca se detendrá. Otros que desde el mismo título ya lo devuelven a uno y por más magistrales, revolucionarias y trascendentales que hayan sido para la historia de la humanidad y su cultura simplemente no son para uno y eso es más que suficiente, si no existe esa seducción alquímica que promete transformaciones y mutaciones no hay caso, lo mejor es devolverse y no vestirse para la fiesta. Ningún Ulises se embarcaría sino tiene la promesa firme de la aventura, entonces porqué hacerlo nosotros?.

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  39. Planteas en estas notas líneas en boceto hacia esos extraños elixires que descomponen algunas estructuras lógicas causa de temores y barreras que no se deben transgredir "...Sobre llegar a la dimensión del infinito, no sé qué decir, soy poco ambiciosa al respecto..." no te hagas Luna no te hagas ja ja ja de todo puedes tener menos de ser decididamente cuadriculada. Me imagino a Eva diciéndole lo mismo a la serpiente cuando esta le ofrecía su jugosa, aromática y dulce manzana...

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    1. Tienes toda la razón, obligaciones con las lecturas no tengo ninguna, ahora bien suelo ser persistente y hay lecturas que requieren un esfuerzo importante y no por ello me echo atrás. Sin embargo, ese esfuerzo tiene que compensarme. Y en esas estoy con Proust.

      Jajajajaja... Y la serpiente acabó comiéndose la manzana porque no engañó a Eva, esa es la auténtica y oculta historia. Seguro que lo sabías ehh??

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  40. Ya sospechaba que Eva no era tan inocente como creía el mismo Dios...

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  41. Iba a comentar algo más sobre los demás libros por venir que enlazan con estos pocos temas pero mejor me callo no vaya a ser que esté incidiendo o tocando algo prohibido en esta persistente lectora y altere algún resorte que no debe ser tocado. En fin si continúas será un placer seguir viniendo a comentar sobre este libro, sino ya veremos que temas estarás proponiendo y en la medida de mis posibilidades participaré.
    Besotes!!!

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    1. Las mujeres no somos como dios se imagina.

      Siempre son bienvenidos tus comentarios filoesteta ;)

      Besos!!

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  42. Depende del dios Luna, depende mucho del dios, si se trata de Dionisos es una cosa, si se trata del de la mitología judía del antiguo testamento y el de san Pablo y de otros muy por el estilo entonces si que la cosa cambia ja ja ja tu verás...
    En cuanto a esta obra de Proust te adelanto solo un poco, que no debería hacerlo, pero tampoco cometo ningún pecado, si el segundo te pareció arenoso, no creo que con el tercero y cuarto pase lo mismo, sin duda por lo que manifiestas de la lectura de este segundo libro te volverán a parecer arenosos el quinto y el sexto, pero ya el séptimo es tema más que aparte!!! Ja ja ja es lo que preveo pues casi siempre según he oído quien no se sintoniza con ese segundo le vuelve a ocurrir lo mismo con ese quinto y ese sexto, es posible que pases por ahí confirmando la regla ja ja ja. Besotes!!! igual te dejo otra manzana, y todavía me queda una.

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    1. Me parece que la serpiente es uno de los signos de la característica atmósfera dionisíaca, te acepto esa manzana, bromista!!

      Libros arenosos, una excelente imagen ;)

      Besos!!

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  43. Totalmente identificada...abordar la obra de Proust del tirón es inimaginable para mí.
    Hacen falta meses de respiro.

    Excelente reseña,pero eso es algo que ya no me sorprende.
    Bravo Laura.

    Y besos!!!

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    1. Coincidimos en abordarlo a pequeñas dosis para no acabar hastiadas ;)

      Gracias, Carmen!!

      Besos.

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  44. Te felicito U-topìa por tu brillante comentario de este segundo volumen de En busca del tiempo perdido. Efectivamente, como muy bien dices, la parsimoniosa fluidez de su prosa no pide lecturas ràpidas descuidadas para no perder motivos importantes. Un beso!

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    1. Gracias Chusa, a veces cuesta entrar en un ritmo lento de lectura.

      Un beso!!

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