sábado, 5 de julio de 2014

JEAN-LUC SEIGLE, Al envejecer, los hombres lloran.

Reconozco que una de las motivaciones para leer esta novela fue su título. No comprendo porqué se supone que los hombres no lloran y las mujeres tienen la lágrima floja. Que las mujeres expresen sus sentimientos a través de las lágrimas nunca ha sido censurado sino incentivado. Los discursos de género, que se han producido en este país a lo largo del tiempo, tienen algún elemento perenne como el hecho de que el mundo femenino es emotivo y emocional… y lacrimógeno. Yo no me he reprimido cuando he querido llorar, de joven y ahora de menos joven, incluso diría que lloro menos ahora que antes. Sin embargo, están mal vistas las lágrimas masculinas, son síntoma de falta de masculinidad. 


Al envejecer, los hombres lloran. Era cierto. Quizá llorasen todo lo que no habían llorado en su vida; era el castigo de los hombres duros (p. 29). 

Leí la reseña en el blog de blasfuemia (mi último blog recomendado) y decidí que quería darle una oportunidad a esta novela de 237 pág. 

Jean-Luc Seigle es novelista, dramaturgo y guionista; autor de tres novelas, Al envejecer, los hombres lloran es su última novela publicada en 2012. 



La novela transcurre en una pequeña localidad francesa (Assys) a lo largo de un solo día del año 1961 (no sé qué ocurre pero este año he leído varias novelas con esta característica común: Ulises, La señora Dalloway y esta que comento). Hay diversos aspectos que trata el autor: la lucha entre lo moderno y lo tradicional, las tragedias cotidianas, las guerras y sus secuelas (la Iª y la IIª Guerra Mundial y la guerra de Argelia), el amor filial y de pareja y la importancia de la literatura como la mejor manera de traducirse en palabras.

Guilles, tal vez un día, con toda tu literatura, sepas poner palabras a todo este desasosiego. Yo no soy capaz (…) Las palabras están encerradas en su cabeza y sólo muy raramente lograban deslizarse hasta su boca. Esta noche, manaban abundantemente por sus ojos. Nunca había deseado tanto llorar como esta noche, porque no eran lágrimas de tristeza, ni de alegría, sino sólo la expresión de algo que le era desconocido, de una increíble pureza que lo lavaba todo (págs. 184-185). 
Albert Chassaing, el padre, lleva el peso de la narración. Es un nostálgico resistente de los viejos tiempos que dejó el campo para trabajar como obrero en la cercana Ciudad Michelin. Cuando se levanta la mañana del día en el que transcurrirá la novela, derrama unas lágrimas que le sorprenden a él mismo. A partir de ese momento el día avanza para Albert en una línea de desilusión existencial que desencadena la tragedia. Solo su hijo de diez años, Gilles, un lector entusiasta, le ancla a la vida y le inspira afecto. La literatura y el afecto parecen las únicas claves para seguir adelante, quien las tiene subsiste, quien no, naufraga en la confusión y en la crisis.

Los personajes son desiguales, mientras Albert y Gilles (añadiría el maestro jubilado de París que se instala providencialmente en el pueblo y la madre de Albert) están bien construidos y la empatía surge de forma espontánea. Suzanne y el resto de personajes parecen marionetas de lo moderno: la TV, la formica, la parcelación, los adosados, etc. Pese a que sabemos que lo moderno se impone sobre lo tradicional, el autor nos intenta conducir hacia la ética del mundo tradicional al que solo parece faltarle la literatura. 
Descubrió que la felicidad no era ese estado de beatitud que se había imaginado, la felicidad era un presagio, el presagio del bien, como la infelicidad era el presagio del mal. Era exactamente una promesa (p. 178). 

Un mensaje excesivamente claro que no deja espacio al misterio, predecible en ocasiones, y con algunos lugares comunes (especialmente el adulterio entre Suzanne y el cartero), sin embargo, logra construir, a través de ese obrero de Michelín, un ser humano de una autenticidad conmovedora.

40 comentarios:

  1. Es la educación para que el hombre, en masculino, pueda gobernar el mundo, o el pequeño mundo que le rodee, su mundo; al hombre lo hacen duro, con los sentimientos justos, si llora es considerado blando, no sirve, ha perdido su masculinidad, su capacidad de mando, si llora se ha transformado en un alfechique que no sirve para ser el "amo" de una naturaleza que se la dicho que tiene que administrar. Cuando lleva la vejez, cuando yo no se cuenta para nada, es cuando se le permite llorar a lágrima viva, como dice el libro, es nuestro castigo.
    Un abrazo.

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    1. Los discursos de género son tan estrictos para los hombres como para las mujeres. La única diferencia es que uno, el masculino, le proclama dominador y el otro, el femenino, dominada. Pero si el hombre quiere salirse de ese discurso que tú has expuesto, lo tiene difícil y la censura le caerá como una daga.

      Emociones, sentimientos, llorar... me parece que debería repartirse por igual entre los dos sexos. Por supuesto, también todo lo demás. No es así a día de hoy, ni aquí ni allí ( o sea, con diferencias, en ningún lugar del mundo).

      Un abrazo con lagrimitas de alegría :))

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  2. Los hombre que, a pesar de esos prejuicios y condicionantes, se permiten el sentimiento, las lágrimas... desde la sinceridad y la honestidad, me parecen valientes y me enternecen especialmente...
    Esa mezcla de dureza, entereza, ternura... no me parece menos masculino... todo lo contrario... y me enternece hasta las entretelas... ;)

    También valoro, al contrario, las mujeres que se permiten ir en contra de los tópicos y ser ellas mismas más allá de las apariencias... eh?

    El libro por lo que cuentas, me deja un tanto ambivalente... no sé si lo tendré en cta... veremos...

    Besos i una molt forta abraçada i cálida!!!!

    :)

    PD: Me he guardado la fotografía de 'Anja Bührer en su/tu mundo'... y 'Keiko Matsui'... y esa foto de portada, como siempre... :))

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    1. Quizás algún día podremos vivir sin los estereotipos de género y, hombres y mujeres, podremos manifestar nuestros sentimientos como nos venga en gana sin miedo a la censura social.

      No me gusta, ni en hombres ni en mujeres, las manifestaciones de dureza y lo digo yo que he tenido tendencia a hacerme la dura.

      Y me permito incluir esta sentencia de Lao Tse:

      Tiene fuerza quien vence a otros, pero solo es fuerte quien a sí mismo se vence

      Me alegra que te guste el lateral, ya lo sabes.

      Petonssssssssss!!!!

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  3. Quizás sea que en el mundo mascúlino se llora hacía dentro,amargor garganta abajo, hasta que llega el momento en que se aprende a llorar en soledad, en un planeta propio y ajeno a los demás, pero estonces ya no es un hombre el que llora, como entre algunas tribús salvajes las lagrimas brotan de los ojos del totem. Un beso.

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    1. Es muy cierto lo que dices y muy complejo llegar a llorar cuando se sigue ese camino.

      Siempre lloro sola, todo lo que quiero, pero en mi mundo.

      Un beso!!

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  4. Descubrió que la felicidad no era ese estado de beatitud que se había imaginado, la felicidad era un presagio, el presagio del bien, como la infelicidad era el presagio del mal. Era exactamente una promesa (p. 178).

    Lindo fragmento.

    Exteriorizar los sentimientos es sumamente liberador, he visto llorar a muchos hombres, lo que ocurre es que muchos de ellos han sido educados en un modelo patriarcal muy rígido y tienen patrones incorporados. Creo que poco a poco esos patrones se están desmoronando...todavía falta, pero no estamos lejos.


    Besos y regalo querida Laura.

    Relaciones

    Toda relación es un regalo del espíritu que requiere nuestra gratitud y nuestra disposición a entender
    por que el espíritu nos ha reunido

    Marie-Noelle Anderson

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    1. Empezando por el final, que fragmento tan breve pero tan acertado.

      Los hombres que rompen con esos patrones de género son muy valientes, conozco algunos y también les he visto (o escuchado) llorar en alguna ocasión.

      Muchos besos!!

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  5. Con el bien que hacen unas lágrimas cuando se necesitan. Y todavía resulta difícil dejar llorar al hombre sin pensar que es débil. Me dejas con ganas de conocer a este personaje, así que subrayo bien este libro en mi lista de pendientes.
    Maravillosa Presence of the moon! Si es que de tu blog no solo me llevo libros!
    Besotes!!!

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    1. Un personaje que te deja muchas preguntas en el aire, muchos interrogantes.

      El lateral está ahí para tentaros :))

      Un abrazo!

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  6. No se si estoy de acuerdo en que los hombres no lloran, lloran constantemente desde que nacen, y luego a travás de todas las etapas de su vida.
    Quizás nunca dejan de llorar, da igual si se ven su lágrimas o no, yo las veo bastante bien, tanto que entran ganas de echarse a llorar¡¡
    Un beso¡

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    1. Quizás es que no se ven sus lágrimas como tú dices.

      ¿Las lágrimas son contagiosas como la risa? Pues huyamos de ellas si podemos.

      Un beso!

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  7. A mí también me atrajo el título. Pese a que como bien dices no deja mucho espacio para el misterio resulta una lectura muy agradable,¿verdad?
    Abrazo!

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    1. Sí que lo es, el balance de su lectura es positivo para mi.

      Un abrazo!

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  8. El tìtulo de la obra de un autor desconocido es lo que me suele atraer también a mì. En este caso, me ha recordado una campaña publicitaria de una famosa marca de perfumes de hace algunos años en que se anunciaba una fragancia "pour homme" con un frasco vacìo sobre un albornoz azul y al lado unos gemelos de oro y decìa algo asì como "los hombres también lloran". Apostaban a llegar a un nuevo hombre màs actual, sensible y tierno, de cualquier edad. En cambio en la obra que analizas Jean-Luc Seigle asocia en el tìtulo la fragilidad-sensibilidad a la vejez, un poco un lugar comùn.
    Tu reseña de la obra me parece impecable y a pesar de los lugares comunes que apuntas resulta interesante su lectura para reflexionar sobre la naturaleza humana.
    Gracias por tu buen hacer, me encanta leerte.
    Un abrazo !

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    1. Llorar debería ser simplemente una reacción emocionada ante algún suceso, obra de arte, persona, etc. Por desgracia esta sociedad llena de estereotipos de género lo convierte en algo natural para unas e impropio para otros. Un rollo!!

      Ese anuncio, que no recuerdo, parece jugar con esos estereotipos.

      Es una novela agradable de leer y el final plantea preguntas sobre los comportamientos de los seres humanos. Además el personaje central es interesante.

      Gracias a ti, chusa,

      Un abrazo!!

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  9. Creo que puede ser algo bueno, por la forma de tratar un tema tan instalado como lo es esa idea de que las lágrimas son un elemento femenino. Confieso que he llorado, y mucho. No merezco ser llamado mujer ni flojo por ese rasgo. Un abrazo.

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    1. No mereces serlo, claro que no. Pero no es ningún insulto. Lo flojo puede a lo fuerte en muchas ocasiones, ¿o no erosiona el agua la roca?

      Un abrazo!!

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  10. Lo de las lágrimas y la hombría es un tópico de la incultura. Más bien tonto el tópico. Llorar es cono ver, amar, rascarse cuando a uno le pica un mosquito. Siempre considere que era saludable,. Si fuese sólo cosa de mujeres, Dios o la Naturaleza no abrían dotado al hombre de glándulas lacrimales. Últimamente no lloro y no me siento más hombre: es una consecuencia de que tomo fármacos que parecen inhibir esa facultad. No me siento más hombre por ello y eso que además, si no viejo, soy mayor. Tampoco soy torero, ni me gusta el fútbol. En fin, como hombre, una calamidad. La verdad es que yo pienso que quien no llora y no suda -y al margen de su sexo- meará un poco más.
    Tengo un poco la idea que se apunta en uno de los fragmentos de las lágrimas como higiene -física, emocional y espiritual-. Pero para gustos se hicieron colores y yo, que soy pintor, los respeto a todos.
    Creo que la edad te da una mayor perspectiva: puedes ver ya claramente al niño, al joven, al hombre maduro, al hombre mayor e intuir la vejez como declive y final. Es lógico que el hombre mayor aprenda a llorar. Un abrazo, Laura. La verdad es que yo leo poca novela y casi nunca me arriesgo.
    Por otro lado, hay que considerar que sólo "lo moderno" es susceptible de transformarse en antiguo -mañana-. En fin, que la vida es algo eterno, algo que se repite eternamente sin pasar de moda y sin ser nunca igual.

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    1. Llorar no debería definir un estereotipo de género. Desgraciadamente es así, como tantos otros.

      Entiendo como tú que cada cual, al margen de su sexo, lloré o no, según le surja.

      Al hombre mayor quizás le importe un pito lo que piensen de él y no le importe llorar. En todo caso el protagonista no es viejo, es maduro. Su llanto define un momento clave de su vida.

      Un abrazo!!

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  11. No me gustan las lágrimas alimentadas de nostalgia por los tiempos idos y me da igual si son de hombre, mujer o novelista. Instalarse en el pasado es la constatación del fracaso vital y la búsqueda de un refugio supuestamente inventado. Eso no quiere decir que no se puedan hacer obras mayores, como Proust u otras inanes y despreciables.
    Las lágrimas siguen teniendo buena prensa y aún hay gente que prefiere asociarlas con la exquisita sensibilidad. Allá ellos.
    Besos

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    1. No sé doktor... reitero que cada cual haga lo que desee sin ser censurado por ello. El que quiera llorar que lo haga y el que no, pues que no llore.

      Yo lloro, no en exceso y cada vez menos. Lo hago sola y si alguna vez me asaltan con alguna persona, me fastidia, más por la persona que por mi, ya que es ponerla en un aprieto de exceso de emotividad.

      Besos!!

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  12. LA CULTURA QUE HEREDAMOS. ME RECUERDO DE NIÑO QUE MI PADRE ME DECIA... LOS HOMBRES NO LLORAN. NO SÉ SI ES POR ESO QUE ME CUESTA TANTO LLORAR Y LAS VECES QUE LO HE HECHO, ME PASA QUE LLORO POR RABIA O IMPOTENCIA ANTE ALGO QUE NO PUEDO ENTENDER O ME DA MUCHO CORAJE.

    BESOS
    CARLOS

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    1. Es la cultura, el discurso de género, que marca pautas y normas. El hombre no debe llorar. Luego cada cual acepta la norma o se la salta. Yo me as suelo saltar.

      Besos!!

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  13. Será que no es mi momento para este libro...pero buscaré más sobre él...
    La verdad es que ni el título, ni la portada me seducen, pero sí lo que cuentas. Vivo al lado de un hombre que no se avergüenza de llorar, que es emotivo...al igual que mi padre,...es algo que siempre me ha gustado de las personas...independientemente que sean hombres o mujeres. También quienes no pueden derramar lágrimas, por diferentes motivos,...
    Llorar...si se siente la necesidad de hacerlo y se puede, es maravilloso...
    Un beso grande!!

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    1. Coincido contigo. Las lágrimas como muestra de una emoción no deben ser propias de un sexo o de otro sino de la persona y su manera de manifestar dichas emociones. Por desgracia, los discursos de género lo han normativizado de otra manera.

      Nunca vi llorar a mi padre. Si que he visto llorar a hombres cercanos a mi.

      Besos!!

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  14. Tenía guardada "Presence of the moon" de Keiko M. para un post q tengo a medio hacer,me encanta!

    Respeto a las lágrimas...es casualidad q quizá hoy publique una entrada sobre ellas.
    Yo soy bastante de lágrima fácil,con cualquier emoción ya se me están escapando dos lagrimillas.
    A muchos hombres les cuesta llorar,la cultura les ha impuesto ese rol de duros.Me parece absurdo.
    Algunos lloran,y bien que hacen,claro que sí.

    Besos

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    1. Keiko M. es una delicia, me la descubrió una amigo hace ya un tiempo.

      Me voy a leer tu publicación sobre las lágrimas.

      Besos!!

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  15. He de confesar que yo no soy muy de novela... pero el análisis que haces es magnífico, no te lo digo porque yo haya leído dicha novela, sino porque todo lo que pones es pura esencia no solo literaria sino filosófica...

    Yo soy un llorón y me importa tres pepinos lo que piensen y digan las mentes troqueladas por la ciencia confusa... lloro cuando necesito drenar el alma de emociones (penas, alegrías, y otros sentires de donde mana el líquido y salado elemento) donde sea, me da igual... nunca me he adaptado a los estereotipos...

    Supongo que el desengaño tiene que ver con la experiencia y ésta con los años... como decía no sé quién "La vida es como una cebolla si la pelas de una sola vez a veces uno llora".

    Saludos.

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    1. No sé qué decirte respecto al desengaño, al menos en mi caso de joven me sentía enseguida desengañada, quería mucho y deprisa, así que cuando no lo lograba me sentía defraudada y desengañada. Los años me han enseñado a esperar, a desear menos y a largo plazo, a saber que no lograré lo que deseo ni con esas premisas... Pero también soy capaz de disfrutar más intensamente porque valoro lo mucho o poco que logro.

      La batalla que hay que librar contra los estereotipos es constante, nunca acaba, pero me gusta lo que dices: cada uno es cada uno y se manifiesta como tal. En esta novela hay algo de lo que conlleva esa libertad de criterio.

      Saludos!!

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  16. Hay abismos que solo se pueden planear mediante las lágrimas. El blues es un claro ejemplo o la plasticidad que logran plasmar en su dramas profundos las artes. Es una capacidad muy humana que igual que tantas otras se regulan en la cultura pero que también se puede usar para romper esas regulaciones para alcanzar nuestra concreción humana. Llorar es una pasión intensa que bien puede redimir muchas otras pasiones:

    XII
    SUBE a nacer conmigo, hermano.

    Dame la mano desde la profunda
    zona de tu dolor diseminado.
    No volverás del fondo de las rocas.
    No volverás del tiempo subterráneo.
    No volverá tu voz endurecida.
    No volverán tus ojos taladrados.
    Mírame desde el fondo de la tierra,
    labrador, tejedor, pastor callado:
    domador de guanacos tutelares:
    albañil del andamio desafiado:
    aguador de las lágrimas andinas:
    joyero de los dedos machacados:
    agricultor temblando en la semilla:
    alfarero en tu greda derramado:
    traed a la copa de esta nueva vida
    vuestros viejos dolores enterrados.
    Mostradme vuestra sangre y vuestro surco,
    decidme: aquí fui castigado,
    porque la joya no brilló o la tierra
    no entregó a tiempo la piedra o el grano:
    señaladme la piedra en que caísteis
    y la madera en que os crucificaron,
    encendedme los viejos pedernales,
    las viejas lámparas, los látigos pegados
    a través de los siglos en las llagas
    y las hachas de brillo ensangrentado.
    Yo vengo a hablar por vuestra boca muerta.

    A través de la tierra juntad todos
    los silenciosos labios derramados
    y desde el fondo habladme toda esta larga noche
    como si yo estuviera con vosotros anclado,
    contadme todo, cadena a cadena,
    eslabón a eslabón, y paso a paso,
    afilad los cuchillos que guardasteis,
    ponedlos en mi pecho y en mi mano,
    como un río de rayos amarillos,
    como un río de tigres enterrados,
    y dejadme llorar, horas, días, años,
    edades ciegas, siglos estelares.

    Dadme el silencio, el agua, la esperanza.

    Dadme la lucha, el hierro, los volcanes.

    Apegadme los cuerpos como imanes.

    Acudid a mis venas y a mi boca.

    Hablad por mis palabras y mi sangre.


    Besos!!!

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    1. Maravilloso PABLO NERUDA, no imagino una manera mejor de justificar la necesidad de las lágrimas sin estereotipos o papeles marcados por el discurso de género dominante.

      Llorar para cuestionar, llorar para rebelarnos, llorar para denunciar, llorar para limpiarnos de sus modos y modales.

      Besos!!!

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  17. Nunca había deseado tanto llorar como esta noche, porque no eran lágrimas de tristeza, ni de alegría, sino sólo la expresión de algo que le era desconocido, de una increíble pureza que lo lavaba todo

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  18. Esta es la grandeza y esencia del arte. Nos vuelve a la vida, a la existencia misma!!!

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  19. Sin duda Albert es quien hace crecer este libro, un personaje y ese recorrido de la bala que hace que sea una lectura que impacte. Es cierto que hay flecos por ahí prescindibles, pero Albert es absolutamente conmovedor.

    Y digo yo que hay quien supone que los hombres no lloran por la misma razón que hay quien piensa que las mujeres no pueden ser bombero: por una (mala) educación que en realidad te convierte en ignorante. Las lágrimas son expresión de una emoción y las emociones no tiene sexo ni raza ni religión. Es sólo una idea soterrada más que busca el aborregamiento y el no pensar, no sentir y, como consecuencia, no cuestionar.

    Besos!

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    1. Hola Ana, me alegro de que estés de vuelta con los fiordos en la retina :))

      Albert es un gran personaje, muy poliédrico, como a mi me gustan.

      Diría que más que no pensar, se busca la obligación de que pienses según el estereotipo marcado, construyendo una norma, que no ley, para que sepas qué se espera de ti, que es lo "normal" y decidas si quieres estar con la mayoría o elegir el camino, siempre arriesgado, de ser una misma.

      Besos!!

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  20. Me gusta el análisis realizado al texto , estaré con frecuencia por aquí , un abrazo.

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