sábado, 22 de febrero de 2014

THOMAS MANN, Tonio Kröger

Leía hace poco un artículo de Javier Gomá Lanzón que tenía como protagonista esta novela corta de Mann y decidí buscarla, en esta antigua colección de literatura de la que hablaba en la anterior entrada, y la encontré en un volumen de tres narraciones titulada: Mario y el mago y otros relatos.


Esta novela corta tiene 77 páginas y su título hace referencia al protagonista de la narración. Tonio Kröger, publicada en 1903, constituye el reflejo literario apenas encubierto de las dos principales vivencias amorosas del autor. Por un lado la de su primer amor por un compañero de escuela Armin Martens (el guapo adolescente Hans Hansen del relato) y por otro lado  en Inge Hölm encontramos travestido a Paul Ehrenberg. El escritor no volverá a sentir un amor igual en toda su vida, ni siquiera por su esposa Katia. Por este motivo este relato es considerado como un fragmento encubierto de su autobiografía.

Quizás esta fue la razón por la que en 1930, unos meses después de haber recibido el Nobel de Literatura, Mann publica en una revista un breve texto autobiográfico en el que dijo:

Le había precedido un volumen de novelas cortas, en donde iba la narración que todavía es acaso, entre todo lo que yo he escrito [y ya había escrito: Muerte en Venecia o La montaña mágica], la más próxima a mi corazón y la que aún hoy gusta a los jóvenes.

Por si quedaba alguna duda, el crítico Marcel Reich-Ranicki en su colección de ensayos Thomas Mann y los suyos, consideró a este relato, pese a sus deficiencias, como el relato del siglo XX.



Thomas Mann (1875-1955) nos presenta el proceso de desarrollo y evolución de un artista, Tonio Kröger, desde su infancia y adolescencia hasta su madurez (los 14, 17 y 30 años). La evolución viene marcada por diversas oposiciones entre las que destaca el mundo nórdico del padre y el meridional de la madre, o lo que es lo mismo, lo burgués y espiritual del padre contrapuesto a lo sensual y artístico de la madre.

La novela moderna apareció para narrar el conflicto entre el yo individual y la sociedad que reclama su integración. La lucha entre la ética del trabajo y las reglas del matrimonio burgués por un lado y la vida apasionada ligada a los derechos del artista genial y los deseos del corazón, por otro lado. Esta lucha llegó a unos niveles exacerbados con el Romanticismo que generó un desprecio mutuo que obligaba a optar por un tipo de vida u otro: la vida buena, sencilla y burguesa o el amor mórbido y la belleza cultivada por un yo artista rebelde e inadaptado. En definitiva el arte o la vida.

Y aunque sabía muy bien que el amor le tenía que aportar muchos sufrimientos, tormentos y humillaciones, que, además, le hacía perder la paz y colmaba su corazón de melodías, sin poder hallar el sosiego necesario para dar forma definitiva a nada y forjarse proyectos con tranquilidad,… sin embargo, acogió el amor con alegría, se entregó enteramente a él y lo fomentó con todas las fibras de su corazón, pues sabía que le enriquecía y le vivificaba, y él anhelaba ser rico y vivífico de esta manera, en vez de tener tranquilidad para forjarse proyectos…(p. 74).


En Tonio Kröger se manifiesta la fascinación del artista por la normalidad, la normalidad de la civilización. Por ello este relato plantea el camino de la domesticación del yo romántico salvaje y de difícil integración en la sociedad. El corazón del yo romántico está poseído por deseos y se enfrenta ante cualquier limitación defendiendo la libertad interior del artista. Tonio Kröger no plantear anular el yo romántico sino educar sus excesos y civilizarlo, que el individuo acepte las limitaciones que implica la convivencia.

El resultado de la mezcla fue éste: un burgués que se extravió en los caminos del arte, un bohemio que sentía la nostalgia de una buena educación, un artista con mala conciencia. Pues, en realidad, es mi conciencia burguesa lo que me hace descubrir en mi actividad artística y en todo lo que hay en mí de extraordinario y de genial, algo profundamente  equívoco, sospechoso, dudoso; es ella lo que me llena de esta apasionada debilidad por lo simple, lo ingenuo, por todo lo que normalmente agrada, lo que no es genial pero sí, digno. (…) nada le parece tan dulce y digno de ser vivido como el anhelo de las delicias de la vulgaridad (pp. 136-137).
Thomas Mann era un admirador apasionado de la música de Wagner, y toma prestada una clave estructural elemental de su obra, el Leitmotiv, una secuencia de notas que es repetida en momentos clave y que se asocia con un personaje, un acontecimiento o un tema y lo evoca cada vez que se repite. En este caso lo que se repite es un verso de Theodor Storm: Ich möchte schlafen, aber du musst tanzen (Yo quisiera dormir, pero tú tienes que bailar). Aparece por primera vez en el capítulo segundo,  haciendo referencia a Inge Hölm durante la lección de baile, y vuelve a aparecer hacia el final, en el capítulo octavo, también haciendo referencia a Inge durante un baile. En ambos casos expresa un sentimiento de melancolía hacia un modo de vivir que él sabe que no puede conseguir.

34 comentarios:

  1. El amor enriquece y vivifica...qué cierto!

    Apunto la recomendación.
    Completísima entrada.
    Buen fin de semana y un beso.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Y siempre procurar que así sea. A veces el amor puede ser lo contrario.

      Gracias!! Buena semana.

      Un beso!!

      Eliminar
  2. Me encanta tu recomendación de esta noche, es un autor al que aún no he leído. A ver si tengo suerte y doy con esta obra.

    Besos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Es una buena manera de entrar en este autor: novela corta y recomendada por propios y ajenos. Si lo encuentras espero que te guste.

      Besos!!

      Eliminar
  3. Compré "La Montaña Mágica" de Mann.
    Otro timo.
    Tanto es así que sólo a fuerza de constancia, dolor y sacrificio llegué a acabarla (bueno, no estoy seguro del todo).
    Me dio tanta rabia que años después regalé ese libro a una persona que me caía muy mal.
    Con eso equilibré el karma.

    Besos.

    ResponderEliminar
  4. Se me olvidaba.
    Quería decir que me pareció tal tostón que decidí no leer nada más de él.
    Eso.

    Besos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Mira, no había pensado en esta posibilidad de equilibrio del karma.

      Pues tengo que leer La montaña mágica................pero no admito regalos :))

      Y quedaba claro que Mann se había quedado sin un lector salvaje.

      Besos!!

      Eliminar

  5. Que recuerde o sepa, no he leído nada de este autor... algún día tendré que 'arriesgarme' visto lo que apunta nuestro 'Toritus Sauvage Particularis'... y ver qué 'me pasa'... Por si acaso, cuando lo haga, tendré a mano el botiquín por si me da un ataque anafiláctico... :P

    Besos y cálido abrazo sabático!!!!

    :)

    PD: Esa colección maternalmente heredable tiene muy buena pinta... ;)



    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Empezando por el final, no era un enlace, solo una nota. Como aparecía como enlace, y para evitar molestias, lo he quitado.

      Yo comprendo la postura del Sauvage pero solo me ha pasado con un autor, Henry Miller, y le di muchas oportunidades, eso fue hace mucho tiempo y quizás debería volver a probar.

      Eso sí, hay literatura que no es fácil, que no te da un goce inmediato.

      Síiii, estoy revisando esa colección y este finde me he traído unos cuantos.

      Besos y un gran abrazo!!

      Eliminar

  6. PD2: Algo le pasa a ese enlace '[1]'.

    ResponderEliminar
  7. Estás sacando partido a esta colección de literatura.
    Yo leí hace mucho la Montaña mágica y se me hizo muy cuesta arriba. Pero los Buddenbrooks es un magistral retrato de esa parte burguesa y gris de la sociedad alemana, y Muerte en Venecia es una pequeña joya. No me voy a poner con el cuento que recomiendas porque estoy con su Doctor Fausto, fascinado. Mann es de los más sugestivos novelistas que he leído.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Tomo nota respecto a dejar de lado, de momento, La montaña mágica y optar por alguna de las otras dos obras, que no he leído :(

      Voy a ver que se publicó en la colección burdeos.

      Eliminar
  8. Me gusta Mann, he leído dos de sus libros más importantes aunque este me lo descubres aquí en tu blog y será fácil de combinar con mi lecturas por lo breve que es. Apuntado queda. Y somos tres los valientes que leerán Ulises. Un beso :)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sí, es una novela corta que se lee deprisa.

      Tres más dos, o sea cinco. Soy la única que leerá el Ulises por primera vez.

      Un beso!!

      Eliminar
  9. Este libro no lo conocía. Del autor solo leí hace años Muerte en Venecia, que creo que lo leí muy prontito. Es de esos libros que me gustaría releer, porque creo que ahora lo disfrutaría más. Y tu recomendación me la llevo.
    Besotes!!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. He visto la película un par de veces pero no he leído la novela que quedará pendiente hasta que algo me motive a leerla.

      Besos!!

      Eliminar
  10. Sólo por éste fragmento se justificaría leer el libro entero:

    ...sin embargo, acogió el amor con alegría, se entregó enteramente a él y lo fomentó con todas las fibras de su corazón, pues sabía que le enriquecía y le vivificaba...

    Bellísimo, un fuerte abrazo y buen finde Laura.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Cierto, un fragmento muy hermoso.

      Un gran abrazo y buena semana!!

      Eliminar
  11. Siendo la montaña mágica uno de mis refugios ante el frío, después de leer esta reseña, me lo apunto en la lista de los pendientes. Un beso.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Nunca me habías hablado de este refugio que hace la competencia a la luna llena.
      Ounmillon.

      Eliminar
    2. Es cierto, ese libro que es como un tejado que cobija, que no se agota en una sola visita, la relectura permite descubrir como los diferentes personajes, casi todos convalecientes, se atan con rutinas a la vida. Mientras, habitan en un paréntesis y esperan la resolución de la enfermedad que les aqueja. Habrá otros igual de eficaces, también plagados de frases trascendentes. Pero yo he acudido a éste. Un beso.

      Eliminar
    3. Si cobija es perfecto. Necesitamos cobijos que permitan entender lo que nos acontece. Lo pondré en la lista de lecturas ineludibles.

      Eliminar
  12. Leí hace ya un tiempo "Muerte en Venecia" y, aunque me gustó,no sé si leería algo más del autor. Tomo nota "con pinzas" por si en algún momento me apetece.
    Abrazo!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Es un relato breve, así que es una posibilidad interesante sin mucha inversión de esfuerzo.

      Un abrazo!!

      Eliminar
  13. Quizas lo que más aprecie no sean tus líneas -que son buenas, de por sí-, sino el hecho de que has rescatado del olvido esos libros 'de colección' que tanto abundaron en otro tiempo, con títulos bastante buenos y que, por ser parte de esa misma colección, han sido poco leídos. Enhorabuena! Gracias por Mann y por esa colección. Un beso grande!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Tengo que confesar que me encanta leer libros que están como en depósito en casa, aunque sea la de mis padres. De pronto recuperan su utilidad, ser leídos.

      Un beso grande, Marcelo.

      Eliminar
  14. He leído varios relatos de Thomas Mann, incluyendo La Montaña Mágica y Los Buddenbrok, y prefiero con mucho sus libros de la primera década del siglo XX aunque no conozco esta obra que citas. El problema de Mann es que con los años se vuelve excesivamente discursivo, metafísico y quiere demostrar a cada momento la grandeza de sus ideas por medio de dialécticas hegelianas en los que los personajes dejan de ser humanos y se transforman en principios filosóficos absolutos y radicales en guerra por el predominio.
    Creo que La Montaña Mágica es un paradigma de este tipo de narraciones abrumadoras e irreales.
    Besos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No me gustan los escritores que, a través de la literatura, nos endosan un discurso filosófico, político o del tipo que sea. Lo tendré en cuenta.

      Besos!!

      Eliminar
  15. Ja ja ja riquísimo!!! "...nada le parece tan dulce y digno de ser vivido como el anhelo de las delicias de la vulgaridad" si bajo este mantra se enfrenta "La Montña Mágica" todo será una montaña de magia ja ja ja. Este libro fue una de las curiosidades que asumí por la influencia de Nietzsche en la literatura, que a su vez influyó mi interpretación, si tuviera algún espacio de tiempo volvería sobre él.
    La obra que mencionas se ve muy provocativa...tanto que hace la boca agua...ya veré si desordeno algunas cosas.
    Besos y muchas gracias por esta información!!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Desordenar las lecturas previstas, la vida cotidiana, lo previsible, lo que preparamos meticulosamente... es una de mis especialidades :))

      Cuantas opiniones diferentes sobre La Montaña Mágica..., una provocación para mi.

      Besos!!

      Eliminar
    2. Ja ja ja, bueno no me refiero a ese orden que describes mis ditirambos de corazón tienen un sentido muy diferente.
      Claro, es una clara muestra de que una obra de arte lo es cuando suscita múltiples interpretaciones incluso encontradas, de lo contrario sería cualquier otra cosa...
      Besos!!!

      Eliminar
    3. Creí que te referías a desordenar el orden de lecturas para dejar paso a esta obra. Ya veo que el desorden tiene otra trascendencia ¿me contarás?

      Besos!!

      Eliminar
  16. Como la obra que citas no la he leído, paso a decirte que "La montaña mágica" me gustó mucho, la disfruté muchísimo y me enriqueció como persona, la considero una de las obras importantes de este tiempo y.... mira que tardé en decidirme a leerlo...

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Tengo que leerla, después de leer comentarios tan divergentes sobre ella.

      Eliminar

DIME QUÉ PIENSAS SI ASÍ LO DESEAS...