sábado, 1 de febrero de 2014

JUAN RULFO, Pedro Páramo

Diría que se trata de una relectura pero no recordaba apenas nada de la obra puesto que la leí muy joven y no sé si me caló su lectura. Leyendo una referencia a esta obra en el blog de Aristos Veyrud decidí volverla a leer y esta segunda lectura la he podido disfrutar con la distancia que ponen los años. En el texto de Aristos hice una referencia a Richard Feynman que dice que hace falta un esfuerzo mayor de la imaginación para comprender lo que existe que para comprender lo que no existe. Desde este punto de vista tiene lógica que, entender la realidad de México, que emerge en la novela por sus muchos poros, sea más difícil que comprender los fantasmas que hablan en Pedro Páramo.



La novela tiene 122 pág y el título recoge al auténtico protagonista de esta novela, Juan Rulfo, al que su hijo,  Juan Preciado, va a buscar a un pueblo fantasma, con un sin fin de personajes misteriosos.

Juan Rulfo nació en Jalisco en 1917 y murió en 1986, la reputación de Rulfo se asienta en dos pequeños libros: El Llano en llamas, diecisiete pequeños relatos, publicado en 1953, y la novela que comento publicada en 1955. En el año 1983 se le concedió el premio Príncipe de Asturias. Falleció en México D.F. en 1986. La familia del novelista cambiaba con frecuencia de residencia debido a la época violenta y revolucionaria que les tocó vivir. Su padre fue asesinado en 1923, así como numerosos miembros de su familia. Su propia escolarización se vio interrumpida en su inicio por la “guerra cristera” y acabó yendo a una escuela de religiosas josefinas. En 1927 fue internado en un orfelinato en Guadalajara al morir su madre. De todo esto se deduce que la infancia de J. Rulfo fue muy atormentada y algo de esto se percibe en esta novela.



La novela es breve y es un continuo, sin capítulos, separada por espacios, pequeños descansos, que sirven a veces para pasar de un personaje a otro o de una época a otra.

La obra tiene una estructura discontinua, empieza cuando Juan Preciado, el hijo de Juan Páramo, llega a Comala buscándolo. Parece que el tiempo no avanza y se produce la impresión de un discurrir inmóvil o reversible que acentúa la sensación de pisar un escenario (el atmosférico es siempre seco o con lluvias repentinas) que solo está poblado de muertos.

Era ese tiempo de la canícula, cuando el aire de agosto sopla caliente, envenenado por el olor podrido de las saponarias (p. 17).

Coincide que he acabado de leer a la vez esta obra y la Odisea de Homero y me encuentro con que Luís Izquierdo, que hace el prólogo de Juan Páramo, señala que existe un paralelismo (que también señaló Carlos Fuentes, en Valiente mundo nuevo) entre ambas obras. El motivo fundamental de las dos novelas es el viaje que curte al héroe y plantea la búsqueda del hijo: Juan Preciado, el hijo de Pedro Páramo al igual que Telémaco, busca a Ulises. Juan Preciado asume el mito de Orfeo: va a contar y va a cantar mientras desciende al infierno (permitiéndose breves gotas de ironía), pero a condición de no mirar hacia atrás. Lo guía su madre, Doloritas.

Aquello [Comala] está sobre las brasas de la tierra, en la mera boca del infierno. Con decirle que muchos de los que allí se mueren, al llegar al infierno regresan por su cobija (p. 19).

De todas formas este trasfondo de precedentes clásicos es solo un recurso. En Juan Páramo hay un acercamiento a la realidad de México desde lo fantástico que permite conocer, con mayor profundidad que si se quedara en la dimensión real, la dimensión colectiva de una comunidad. La denuncia de la injusticia, el fanatismo de las supersticiones, el espectáculo de la miseria humana a través del egoísmo del cacique que impone sin contemplaciones su poder a través de la fuerza, la dura condición de las mujeres y los abusos a que son sometidas, la inconsistencia de la revolución, etc. Nada que no siga sucediendo en México ahora mismo.

Su prosa depurada, parca, sencilla aparentemente, y la inmediatez de su discurso permiten al autor eliminar recursos literarios y hacer una especie de atestado palpitante e impasible de unos hechos que ni siquiera pasan, porque ya eran pasado.

Entonces oyó el llanto. Eso lo despertó: un llanto suave, delgado, que quizá por delgado pudo traspasar la maraña del sueño, llegando hasta el lugar donde anidan los sobresaltos (p. 35).

Una obra única y excepcional que merece una lectura, o dos, atentas.

36 comentarios:

  1. Leí este libro en la escuela, hace ya algunos años, y recuerdo que me dejó una muy buena sensación, pero creo que no tan buena como me habría pasado de haberlo leído algo mayor, para apreciarlo en su totalidad, y no verme llevada a él tan solo para cumplir con la currícula. Tu entrada me ha hecho pensar que no me vendría mal darle una relectura pronto, solo por placer, estoy segura de que lo disfrutaré aún más.

    Besos.

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    1. Pienso muchas veces sobre la utilidad de hacer leer novelas a una edad inadecuada. Pero a ti te dejó un buen recuerdo y eso quiere decir que puede ser positivo.
      Sin duda una relectura te descubriría nuevas posibilidades.

      Besos!!

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  2. Al igual que tu, leí este libro muy joven, tanto que no recuerdo nada de el, lo he tenido en varias ocasiones para su relectura pero siempre se me ha cruzado otro libros, te haré caso y volveré a leerlo.

    Un abrazo.

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    1. Muy recomendable hacerlo, disfrutarás seguro.

      Un abrazo!

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  3. La leí hace tiempo.
    Y me gustó.
    Y voy a hacerte caso y la volveré a leer.
    Gracias.

    Besos.

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    1. Es una magnífica relectura para olvidar las ollas.

      Besos

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  4. Otra más... se ve que este libro era de los obligados en la escuela o en el instituto. Y sí, aunque sería una relectura en verdad sería una lectura, porque lo que recuerdo de aquel momento es algo así como "espeso, denso". Supongo que ahora sí me llegaría de otra forma, pero me cuesta desembarazarme de esa sensación de "espeso, denso" (sobre todo, teniendo tan pocas páginas).

    Besos!

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    1. El tema de la oportunidad de hacer leer algunas novelas a una edad inconveniente es todo un tema.
      Estoy segura que pulverizarías esa impresión.

      Besos!!

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  5. Ya lo tenía en mente desde la vez anterior en que hiciste referencia a este libro a través de un párrafo elegido... y que me gustó mucho.
    Ahora lo subrayo dentro de la lista... ;)

    Petons i una molt forta abraçada i cálida!!!!

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    1. Me gustaría saber tu opinión cuando lo leas.

      Muchossss besosssssss!!!!!!!

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  6. Pues lo leí, de jovencita, y recuerdo que me gustó, pero poco más. Así que a medida que he ido leyendo tu excelente reseña, he ido pensando en que también debería releerlo. Creo que ahora lo disfrutaría más.
    Besotes!!!

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    1. Estoy convencida que así será, lo disfrutarás más.

      Besos!!

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  7. Ja ja ja!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! querida editora. Emocionante!!! parece que todos los caminos en este maravilloso blog últimamente conducen al Ulises.
    La relación de esta obra con la de Joyce es notoria dado que Rulfo se nutrió de ese movimiento donde el autor del Ulises, junto con Proust, Faulkner, V. Woolf, resquebrajaron modelos tradicionales de la narrativa y la novela, pasando de la costumbre de la historia lineal a la multiperspectivística, alcanzando con esto una nueva vivencia del tiempo y de su concepción. Era como quedarse sin cabeza y emprender una aventura en un laberinto que ninguna otra cabeza hubiera podido trazar, re-cito este alcance de Borges para ilustrar lo afirmado anteriormente:

    El hilo de la fábula
    "El hilo que la mano de Ariadna dejó en la mano de Teseo (en la otra estaba la espada) para que éste se ahondara en el laberinto y descubriera el centro, el hombre con cabeza de toro, o, como quiere Dante, el toro con cabeza de hombre, y le diera muerte y pudiera, ya ejecutada la proeza, destejer las redes de piedra y volver a ella, a su amor.


    Las cosas ocurrieron así. Teseo no podía saber que del otro lado del laberinto estaba el otro laberinto, el del tiempo, y que en algún lugar prefijado estaba Medea.

    El hilo se ha perdido; el laberinto se ha perdido también. Ahora ni siquiera sabemos si nos rodea un laberinto, un secreto cosmos, o un caos azaroso. Nuestro hermoso deber es imaginar que hay un laberinto y un hilo. Nunca daremos con el hilo; acaso lo encontramos y lo perdemos en un acto de fe, en una cadencia, en el sueño, en las palabras que se llaman filosofía o en la mera y sencilla felicidad. "
    Cnossos, 1984.

    El mismo Rulfo afirmaba que había nacido en el estado de Jalisco conocido por su extrema pobreza, es un camino sin orillas, entre las grietas de la tierra reseca y los arroyos secos, donde parece que no hay nada, pero si hay algo, un olor a gente que se saborea como una esperanza.

    Si hablamos de algún personaje que se destaque, manifiestamente podría destacarse el padre y el hijo, pero latentemente cada personaje se supedita a uno solo: a la muerte, que nace justo cuando la madre de Juan Preciado muere y le entrega el testigo, para continuar la carrera de la aventura, como un pago al portador: ve a Comala y busca a tu padre y cóbrale bien caro... En esta exploración del camino a la muerte de cada personaje se va desprendiendo para el lector la sugerencia necesaria del suspenso de la vida, en alguna resquicio de tanta muerte ha de estar la vida, algún hálito de vida ha de haber en esa trampa laberinto en la que cae libremente el espectador, por alguna grieta ha de estar ese minúsculo rayo de luz solar que subtitula el nombre de esta página con un verso de Miguel Hernández.
    Rayo de luz que iluminará la panorámica de este complejo, seco y polvoriento laberinto no trazado por la cabeza de Rulfo, sino más bien retratado en sus múltiples planos complejos que se superponen en espiral luxudrómica hasta develar un orden tiránico de fe, de pensamiento, social y político que parasita en lo humano hasta agotar su última gota de vida y dejar como resultado la única posibilidad de la muerte y nada más que la misma muerte.

    Fascinante y actual tema para estos tiempos donde la bandera de la esperanza y el horizonte del amor son un rayo de sol en lucha ja ja ja

    Besotes querida Editora de este Blog!!!

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    1. El modernismo se distingue por su ruptura con la herencia victoriana. Desde ese punto de vista renueva, sin duda, la narrativa.

      Los escritores modernistas tienen en común, por un lado, el rechazo de su herencia inmediata y, por otro, de la representación realista. Se caracterizan por la voluntad de jugar con las expectativas del lector, la tendencia a "psicoanalizar" a sus personajes mediante el empleo de técnicas como el monólogo interior, o la afición a mezclar el argot callejero con un lenguaje más elaborado.

      Encontrar el hilo en una cadencia sería perfecto. Seguro que tú lo encuentras en la filosofía o saboreando en cualquier lugar, incluso en el que no existe.

      Las grietas se abren, y las abrimos, especialmente cuando el laberinto se llena de tinieblas. Lo de la espiral que tanto debate os ha dado, lo desconocía.
      Y adelante con esa bandera de esperanza.

      Besos!!

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  8. Coincido con lo expresado, imaginar lo existente requiere ingentes esfuerzos porqué hay que comprender cuales son los fundamentos que lo sostienen. Crear algo nuevo, sea una novela o un cuadro, nos permite construir algo sobre unas bases nuevas y obviar las reglas que la naturaleza impone. En este caso nos traes de la mano unas bellas construcciones gramaticales que albergan la triste realidad de un pueblo. Una magnifica reseña. Un beso.

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    1. Lo nuevo, si no existe, se puede construir sin grietas ni defectos. Lo existente las tienes y, a veces, terroríficas. Rulfo va dejando sonar esos ecos del pasado y del presente de forma magistral.

      Gracias!!

      Un beso.

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  9. He leído ese libro varias veces, como La Odisea. Cada lectura es distinta, a medida que nuestra propia odisea va transcurriendo. Tambíén Leí El llano en llamas. También a mi se me olvida muy pronto, pero cuando releo voy recordando lo leído y descubriendo lo "aún no leído". Un abrazo.
    Haces estupendas críticas.

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    1. Tengo a mano El llano en llamas para leerlo en cualquier momento.
      Estoy de acuerdo con que cada lectura es diferente porque nuestra manera de leer, y captar contenido y forma, es distinta también. Esa es la gran riqueza del arte.

      Gracias Mateo, un abrazo!!

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  10. Mi novela preferida. De todos los tiempos. Lo digo en serio.

    Un abrazo.

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    1. No me sorprende. Es una novela fuera de lo común, con una intensidad y una profundidad que no es habitual encontrar.

      Abrazos!!

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  11. Palabras mayores, una de las más preciadas joyas de la literatura latinoamericana, de lectura infinita. Tuve ocasión de releerla hace algunos años con la atención ya del diseccionador más atento para impartir unas clases sobre ella, y abruma la perfección de su estructura y la multitud de caminos que se abren en su aparente sencillez.

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    1. Tengo la novela con múltiples señales de fragmentos que me han interesado, que es por donde acostumbro a releer cuando lo hago (suele ser poco lo que releo).
      Me impresiona la brevedad en relación a sus múltiples posibilidades de lectura y personajes. Una obra redonda.

      Salud!!

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  12. Soy una apasionada forofa del realismo mágico, desde siempre, por eso esta novela junto a Cien años de soledad son y han sido de mis favoritas, pero que nadie se equivoque, no son fáciles, ni sencillas, que nadie las aborde suponiendo tener un encuentro fácil con la historia, los mil millones de historias que se desgranan entre los cientos de personajes entre los que si no llevas la cuenta de la vieja te pierdes, de hecho creo que es por lo que más me gusta este tipo de literatura porque es para perderte en ella, zambullirte entre lo real y lo imaginario, lo visible y lo fantasmal. Leyéndote a ti y a ARISTOS uno toma la real medida de esta maravillosa novela de la que como alguien dijo de su autor, después de haber escrito algo tan increíble, no importa nada que no haya escrito nada más ( con otras palabras que no recuerdo:-)

    Gracias Laura, un besito jo! no haces más que dibujarme sonrisas con tus últimas entradas... curiosamente ARISTOS es un artista en eso de dibujar sonrisas, gracias también a él, de paso:))

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    1. Leyendo tu entusiasmo no creo que haga falta añadir mucho más. Comparto contigo esa multiplicidad de historias que van y vienen, que transitan entre la vida y la muerte, el sueño y la vigilia, la generosidad y la codicia, la realidad y la fantasía.

      Parece que El Llano en llamas es también excelente. Yo la tengo preparada para leerla pronto.

      Un abrazo!!

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  13. Es curioso comprobar la huella que van dejando en uno las grandes historias de ficción que jalonan su vida. La huella que dejan en el recuerdo 20 o 30 años después de haber sido leídas. Tendría que releer la Odisea y Pedro Páramo otra vez para poder deslindar las falsas evocaciones de la reales esencias que puedo observar ahoar en cada una de estas obras pero ten por seguro que no lo voy a hacer. Prefiero recordar La Odisea como ese mar abierto a las mil danzas de la vida y la muerte y la esperanza Pedro Páramo como ese espacio hostil donde resuenan y se confunden las voces multiplicadas de vivos y muertos.
    Me he quedado impactado por la espiral luxudrómica.
    Bicos

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    1. Ja ja ja amigo Dr. Krapp disculpe, me equivoqué es espiral loxodrómica y no luxudrómica. Dentro de las estructuras estéticas y psíquicas en todos los tiempos la tensión helicoide ha sido fundamental en muchas e importantes obras en todos los géneros del arte, incluyendo el literario.
      Le dejo este enlace http://vladimirbrontis.blogspot.com/2013/03/tension-continua-y-esfuerzo-helicoidal.html donde hacen alusión a esto.
      Dante fue quien dejó en más evidencia esta tendencia de estructurar en la literatura el armazón de un relato, pues la arquitectura del infierno y el cielo corresponden a este tipo de estructura, si se analizan otro tipo de obras escritas, incluyendo la Odisea, y el mismo Ulises se puede llegar a conclusiones semejantes. Ya veremos más adelante si se desarrolla la lectura del Ulises cómo desde la palabra epifanía podemos desenrollar el hilo argumentativo de esta obra en un comportamiento de arquitectura semejante. No sobra anotar que la famosa curva praxiteliana tan abundante en las creaciones arquitectónicas y escultóricas en sus epifanías de los templos sagrados de la India como en el de Khajuraho se repite en Grecia por Praxiteles evolucionando hasta el renacimiento en los frescos de la Capilla Sixtina y muy posteriores manifestaciones del arte de la pintura. Tal curva sin temor a elucubrar se puede afirmar que es una auténtica metonimia de la espiral loxodrómica usada en la dinámica de cualquier arte escénica o literaria.
      Te dejo este otro enlace http://www.elclubdigital.com/foro/showthread.php?t=177909 donde se ilustra desde la fotografía el desarrollo de esta curva en el movimiento femenino, valga decir que esta espiral y curva es estudiada igualmente en el psicoanálisis sobre todo por C. Jung.
      Bien las asociaciones, relaciones y aplicaciones de este elemento geométrico dentro del movimiento espiritual y universal es realmente para impactarse ja ja ja. Seguiremos hablando de ello.
      Saludos Dr.

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    2. Aristos, ese es un capricho de nuestro ADN que como sabes es helicoidal y tiende a replicarse a si mismo de forma interminable. Inconscientemente nuestras estructuras estéticas y psiquicas reproducen ese ritmo interior que nace en esa estructura elemental, se multiplica en el seno de la célula y se va haciendo progresivamente más complejo.. La vida en realidad es solo eso: una réplica triunfante de nuestro propio ADN que se convierte así en el punto y omega de nuestra existencia.
      Saludos cordiales

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    3. A de ser por eso que somos tan caprichosos!!! ja ja ja. Bueno entre más loxodrómicos y praxiteleanos sean nuestros caprichos más gozones seremos!!! ja ja ja.

      Lo que concluyes en este último comentario es a lo mismo que llegó L. Strauss el del "Pensamiento Salvaje"
      Saludos!!!

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    4. Dr Krapp,

      Si te dejó una huella que quieres conservar, haces bien en no releer. Pero vamos que como lo tienes claro, poco hay que añadir.

      Dr Krapp y Aristos, no tenía idea de que la dichosa espiral loxodrómica o luxudrómica o lujuriosidròmica :)) pudiera dar para tanto.

      Un abrazo a ambos.

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  14. Ante una obra de esta envergadura caben dos opciones: o extenderse y extenderse hasta no acabar. O resumirlo todo en cuatro palabras.
    Esta sí. La gran belleza. Un abrazo

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  15. Pues sí: merece una relectura y mucho más. Recuerdo que cuando lo leí en COU me impactó muchísimo. Después lo leí en la Facultad y descubrí matices que no había visto en mi primera lectura. Ahora estoy pendiente de volver a él, a ver qué me depara.
    Abrazo!

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    1. Seguro que te volverá a regalar sus dones.

      Un abrazo!!

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  16. debo decir que lo leí hace poco y tu reseña me encantó. Nunca había pensado en que tenía puntos en común con la Odisea.
    Gracias.

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  17. Es una maravilla de novela, para disfrutar con cada palabra.
    Gracias a ti y bienvenida!!

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