sábado, 16 de marzo de 2013

ESTUPOR, TEMBLORES, MERLUZA Y ART PEPPER

 Karrah Kobus

Igual que es preciso el estupor para que una mariposa de colores se acerque lentamente y aletee su arco iris a unos milímetros de mi retina, no es fácil experimentar esa sensación ante una novela (lo de los temblores lo dejo al margen), y la de A. Nothomb, pese a su éxito, no me ha provocado admiración ni asombro. Pensando en añadir algo de interés que impidiera que, los que os arriesgáis en los largos textos de lectura de los fines de semana, os aburrierais, saqué de mi cajón de sastre una de mis frivolidades culinarias y un tema que, igual que la mariposa antes, me lleve (y con suerte os lleve conmigo) por encima del arco iris… 




AMÈLIE NOTHOMB, Estupor y temblores
La novela la compré por una sugerencia. Basada en las propias experiencias de la autora, tiene 143 páginas y su título lo explica Nothomb cuando dice:

El antiguo protocolo imperial nipón establece que uno deberá dirigirse al Emperador con “estupor y temblores”. Siempre me ha encantado esta fórmula, que se corresponde perfectamente con la interpretación de los actores en las películas de samuráis, cuando se dirigen a su superior con la voz traumatizada por un respeto sobrehumano (pp. 131-132).


Amèlie Nothomb nació en Kobe (Japón) en 1967. Proviene de una familia belga, país en el que reside actualmente, aunque pasó su infancia y adolescencia en Extremo oriente, principalmente en China y Japón, donde su padre fue embajador. Ha escrito numerosas novelas: Higiene del asesino, Metafísica de los tubos, El sabotaje amoroso, Cosmética del enemigo, Diccionario de nombre propios y otras muchas, pero es conocida, sobre todo, por el gran éxito de Estupor y temblores.



La novela cuenta la historia de una joven belga, llamada Amélie, que empieza a trabajar en una gran compañía japonesa, Yumimoto, y las peripecias que le suceden en un proceso de degradación y de humillaciones con tono de humor ácido. Una especie de descenso a los infiernos que le permite, a la autora, describir la mezcla de tradición y modernidad del mundo laboral japonés (descubrí algo muy importante: que en Japón la existencia es la empresa, p. 124), la sumisión al sistema jerárquico y humillante del mundo laboral (era un nipón entre miles, a la vez esclavo y torpe verdugo de un sistema que sin duda no le gustaba pero que nunca denigraría, por debilidad y por falta de imaginación p. 133) el trato y la concepción de la mujer nipona (tremenda la descripción que realiza entre las páginas 71 y 79) o la rutina y la vacuidad de la vida de la mayoría de la población japonesa:


 ¿Y, fuera de la empresa, qué les esperaba a aquellos contables de cerebro lavado por los números? La cerveza obligatoria con colegas tan trepanados como ellos, horas de metro abarrotado, una esposa que ya duerme, el sueño que te aspira como el desagüe de un lavabo que se vacía, las escasas vacaciones en las que nadie sabe qué hacer: nada que merezca el nombre de vida (p. 125). 

Me llamó la atención una afirmación de Le Monde que decía que “ha conseguido el prodigio de gustar al mayor número de lectores”. Pese a que le reconozco algunas virtudes: su hilarante descripción de la sociedad nipona, su lucidez a la hora de la crítica, su habilidad para la caricatura y su crueldad al describir la jerarquía profesional, me ha interesado poco y me ha dejado más bien fría. Soy, por tanto, integrante de la minoría a la que no le ha acabado de gustar la novela. 


FRIVOLIDADES CULINARIAS. Merluza en salsa verde. 
En mi casa no suele gustar el pescado, así que me animé a buscar alguna manera de hacer la merluza que no fuera el socorrido rebozado con harina y huevo. Esta receta funcionó y se ha convertido en un clásico. Además se hace bastante rápido y es fácil de elaborar.



La base es una merluza de palangre que limpian en la pescadería, le quitan la raspa central y la cortan por la mitad a lo largo y luego en trozos.
En una cazuela ponemos un poco de aceite y cortamos un ajo en trocitos pequeños, cuando empieza a dorarse incorporamos una cucharilla de harina y revolvemos hasta que se diluye. Incorporamos un cacito de caldo de pescado (si no tenemos hecho, lo hacemos con agua y la mitad de una pastilla de caldo concentrado de pescado) y ponemos la merluza previamente salada (poca sal), gambas y almejas (si no se dispone de almejas, sin ellas no pasa nada). Se pone a fuego suave y se mueve de vez en cuando para evitar que se pegue, a media cocción (unos 15 minutos), añadimos guisantes de lata, espárragos, un huevo duro y espolvoreamos con perejil picado. Dejamos hacer otros 15 minutos y listo. Las referencias de tiempo son aproximadas, yo siempre lo hago a ojo, al final probar por si hace falta sal y corregir.

Excepto la portada del libro y la frivolidad culinaria que son de Laura Uve, el resto de imágenes están tomadas de google.

46 comentarios:

  1. Me gusta "el variadito" que has hecho en tu entrada.
    Hoy coincidimos las dos, en que no nos ha llamado la atención los libros que comentamos, a mí me viene de lujo porque así tengo uno menos que agregar a mi ya interminable lista y respecto a la merluza coincido contigo que es una receta fácil y de buen sabor. Yo no le pongo huevo duro, pero la próxima vez se lo pondré en honor a ti.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Igual a ti te gusta... ya digo por adelantado que ha gustado mucho...

      Qué rica está así la merluza ¿verdad?

      Me encanta que no te haya causado estupor ni temblores esta extraña mezcla que he hecho.

      Eliminar
  2. Sobre la cultura japonesa te sugiero que leas el libro "El crisantemo y la espada" de Ruth Benedict, es un libro relacionado con la antropología que detalla las costumbres niponas.

    En cuanto a tu receta, casi me entran ganas de tragarme la pantalla.

    Un beso y buen fin de semana

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Emilio, anoto ese libro, si me lo recomienda un antropólogo es que merece la pena.

      Jajajaja.... desde mi cocina real, te invito a una ración virtual... ¡¡que aproveche!! Gracias!!

      Buen finde!!

      Un abrazo!!

      Eliminar
  3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar

  4. Buenos días 'Utopi-Laura':

    Ummmmmmmmmm... hasta aquí llega el olorcito... Esa es una receta clásica en mi familia y muy conocida y usual por estos lares, especialmente en momentos de celebración y fiesta. Un truco para darle más sabor a la salsa es cocer aparte las cabezas de las gambas y añadirle ese caldo. Y otro para abaratar la receta es añadir chirlas en vez de almejas. También se puede hacer con otro tipo de pescado blanco e incluso, si te sobra salsa, prueba un huevo escalfado en ella, verás...

    El libro, como ya tengo muchos pendientes, no lo registro.
    Pero me quedo con la música, con toda la que nos has dejado... un placer.

    Besos y un fuerte y cálido abrazo.
    Que este fin de semana sea para ti un buen trocito de vida que disfrutar.

    :)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Buenas noches X:

      Para que veas la magia del mundo virtual, es capaz de hacerte llegar el delicioso aroma de esa merluza.
      Conozco el truco de las cabezas de gamba. Utilizo caldo de pescado (de morralla que se dice por aquí). Y sí, las chirlas son muy buenas también y más baratas.

      Ya sabes que puedes elegir y llevarte de esta casa lo que quieras.

      Te deseo, como siempre, lo mejor.

      Besos!!

      Eliminar

    2. 'Keith Jarrett'... ;)

      Un beso de buenas noches.

      Eliminar
    3. Cómo me gusta compartirlo contigo.

      Buenas noches!!

      Eliminar
  5. La receta estupenda, sencilla y sabrosa, como debe ser, que la buena materia no necesita de aditamentos en exceso; el libro, como todos, me lo apunto en la lista de pendientes y la música que pones me transporta a los ensueños.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. El proceso del sueño, los ensueños, es una hermosa manera de reposar la mente, algo necesario siempre... pero lo dice mejor Borges en su poema El sueño:

      Si el sueño fuera (como dicen) una
      tregua, un puro reposo de la mente,
      ¿por qué, si te despiertan bruscamente,
      sientes que te han robado una fortuna?


      Aciertas en lo que dices de las recetas sencillas con buena materia (mi especialidad).

      Eliminar
  6. Hola, Laura, no es sencillo encontrar libros que nos emocionen de esta forma, así que anoto el título, me parece muy interesante.

    ¿Sabes que aquí hay mucha merluza y nunca me atrevo a prepararla? Es que es un pescado tan frágil que temo se me "rompa" y todo, pero intentaré seguir tu receta, muchas gracias.

    Besos y muy feliz fin de semana.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Nunca es sencillo encontrar lo que nos emociona, sea lectura, música, arte...

      Anímate a prepararla así, es muy sencilla la receta y queda deliciosa.

      Feliz semana!!

      Eliminar

  7. Estupor y temblores me dieron ante tan delicioso plato jajaja.

    Y la merluza se ve sabrosa, ayer comí paella, disfruto de los platos preparados con pescado, mariscos, calamares etc, el salmón a la parrila con jugo de limón y ensalada de rúcula, tomatitos cherry y aceitunas negras es un poema, sugerencia de la chef Adriana Alba jaja.
    Besos Laura.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. El vinito lo dejo a tu elección, aunque un rosado, ligeramente dulce, a temperatura ambiente iría muy bien con tu plato o el mío jaja.
      El video es hermoso, casi me olvido de comentarte.
      Bis de besos.

      Eliminar
    2. Ups!! si he logrado producirte ese estupor y temblor con mi frivolidad culinaria... me siento contenta :))

      Buaaa... me has pillado, adoro el salmón, así que.... ya estoy en trance de sentir el estupor y los temblores...Apunto el vino rosado para acompañarlo.

      Es una estupenda versión de Art Pepper, me alegro que te guste.

      Buenísima semana, Adriana!!

      Eliminar
  8. Ja ja ja amiga Laura Uve me llama poderosamente la atención "Cosmética del enemigo" título muy seductor. La novela referida en tu edición fue publicada en 1999, hicieron una película que salió en el 2003 la cual vi creo en el 2005.
    Dicen que la autora escribe tres novelas por año pero solo publica una por año. No he leído ningún libro de ella.
    Buscando información sobre la obra en la red encontré este interesante fragmento:
    "De pequeña, deseaba convertirme en Dios. Enseguida comprendí que era pedir demasiado y que con un poco de agua bendita mi vino de misa: sería Jesús. Rápidamente, me di cuenta del exceso de mi ambición y acepté “hacerme” mártir cuando fuera mayor.
    Adulta, me propuse ser menos megalómana y trabajar como intérprete en una empresa japonesa. Por desgracia, aquello era demasiado bonito para mí y tuve que descender en el escalafón hasta convertirme en contable. Pero no existía freno para mi fulminante caída social. Así pues, fui destinada a la categoría de menos que nada. Por desgracia – tendría que haberlo sospechado -, menos que nada todavía era demasiado para mí. Y fue entonces cuando recibí mi último destino: limpiadora de retretes."
    La novela sale cuando el auge del éxito empresarial japonés estaba en la cúspide y era un modelo a seguir en el mundo de la competencia del libre mercado. Como ya para muchos es sabido hay en esto del manejo de la producción mundial mucho de arte de birli birloque destinado siempre a empoderar más los grupos económicos que manejan el mundo. Y en este proceso hay un sacrificio que tiene que pagarse: el del trabajador sea este japonés, ruso, chino, americano del sur o del norte, africano, árabe, europeo...el juego en el ajedrez de la economía mundial siempre necesitará del sacrificio de sus peones y de las demás fichas en la pirámide.
    La autora por lo que alcanzo a leer, siempre fue extranjera, hasta en su propio país, esta caracterización le permite radiografiar parte de la condición social y cultural hacia donde dirige el enfoque de su pluma.
    Hago anotar que la famosa super cualidad-calidad de la competencia japonesa si tiene que ver mucho con la esclavización de sus trabajadores y no tanto con esas manipulaciones de mercado del zen o los artilugios de la disciplina de los samurais. Uno de los paises donde se registra mayor soledad de las esposas y familiar por exceso de horarios de trabajo es el Japón, igual es el país donde más hombres mueren y enferman por la misma razón. O sea que para aplicar allí la justa reivindicación de 8 horas de trabajo, 8 de estudio o esparcimiento y 8 de descanzo queda en el limbo de las ganancias empresariales. Allí radica una de sus fortalezas competitivas, en la esclavización de sus trabajadoras y trabajadores. Detalle que debe llamar a reflexión a los obreros europeos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No sabía que había película sobre la novela. Creo que no la veré, no suele gustarme ver la película de la novela leída, en este caso que no me ha entusiasmado la novela, prefiero dejar la peli de lado.

      Reconozco a la autora un sentido del humor, ironía en muchas ocasiones, bastante agudo a la hora de denunciar la explotación en las empresas o el papel de la mujer en Japón. Pese a ello, la novela no me ha enganchado.

      Eliminar
  9. El libro, si a ti te ha dejado fría lo descarto...La receta me la apunto porque en mi casa tampoco gusta mucho el pescado pero esta receta parece fácil y tiene una pinta estupenda. Lo que más me ha gustado...esa maravilla de arcoiris que en cualquier versión me emociona.

    Un beso, Laura.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Igual puedes darle una oportunidad, seguro que en las bibliotecas lo encontrarás..., no digo que sea malo, pero a mi no me ha enganchado en ningún momento pese a que le reconozco algunos méritos.

      Es una canción muy hermosa, a mi me gusta mucho y esta versión me ha encandilado.

      Besos!!

      Eliminar
  10. No puedo resistir dejar este fragmento de la obra y disculpa la ocupación del espacio pero es que me voy emocionando y me cuesta parar ja ja ja

    LOS ESTÉRILES DEBERES
    Y aquí empieza la interminable procesión de tus estériles deberes. Deberás ser irreprochable, por la simple razón de que es lo mínimo a lo que se puede aspirar. Ser irreprochable sólo te reprotará el ser irreprochable, lo que no constituye ni un orgullo ni mucho menos una fuente de placer.
    Me resultaría imposible enumerar todas tus obligaciones, ya que no existe ni un minuto de tu vida que no esté regido por alguna de ellas. Por ejemplo, incluso cuando estés aislada en un retrete por la humilde necesidad de liberar tu vejiga, tendräs la obigación de vigilar que nadie pueda escuchar la melodía de tu arroyo: así pues, deberás tirar de la cadena sin cesar.
    ¿Tienes hambre? Apenas comas, ya que debes mantenerte delgada, no por el placer de ver cómo la gente se vuelve al paso de tu silueta por la calle – no lo harán -, sino porque resulta vergonzoso tener curvas.
    Tienes la obligación de ser hermosa. Si lo consigues, tu belleza no te proporcionará satisfacción alguna. Los únicos halagos que recibirás procederán de los occidentales, y todos sabemos hasta que punto carecen de buen gusto. Si admiras tu propia belleza reflejada en el espejo, que sea por menor y no por placer: ya que tu belleza no te proporcionará más que el pánico a perderla. Si eres guapa, no serás gran cosa; si no eres guapa, serás menos que nada.
    Tienes la obligación de casarte, a ser posible antes de los veinticinco años, tu edad de caducidad. Tu marido no te dará amor, salvo que sea un retrasado mental, y ser amada por un retrasado no proporciona felicidad alguna. De todos modos, no te darás cuenta de si te quiere o no. A las dos de la madrugada, un hombre agotado y a menudo borracho regresará para derrumbarse sobre el lecho conyugal, que abandonará a las seis de la mañana sin haberte dicho ni una palabra.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Aristossssssssss........ ¿has enloquecido? jajajaja... veo que en ti si ha actuado el prodigio y te ha enganchado por fragmentos.

      Recuerdo este fragmento que has aportado, está dentro de esa descripción de la mujer nipona que hay entre las páginas 71 y 79. Esa larga descripción empieza así:

      Todas las bellezas emocionan, pero la belleza japonesa resulta todavía más desgarradora. En primer lugar porque esa tez de lis, esos ojos suaves, esa nariz de aletas inimitables, esos labios de contornos tan dibujados, esa complicada dulzura de los rasgos ya bastan para eclipsar los rostros más logrados.

      ¿Qué? ¿Cómo te quedas?

      Eliminar
    2. Sé de lo que habla la escritora ja ja ja

      Eliminar
    3. Ostras!!

      ¿Han llegado las japonesas a Costa Rica o tú a Japón? Cuenta, cuenta...

      Eliminar
  11. Luego de ver el vídeo sigo temblando, la introducción con mariposa y arcoiris y demás, los mismos temblores pero en el espíritu.
    Lo de la receta se ve 5 estrellas.

    Besos Laura Uve!!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¿Temblores del espíritu?

      No lo había oído nunca...

      Buena semana!!

      Eliminar
    2. Kierkeegard, Kierkeegard querida Laura Uve!!! ja ja ja

      Eliminar
    3. Ah!!

      Tendré que adentrarme, pues, en Kierkeegard...

      Eliminar
  12. Lo vi muchas veces en las estanterías de las librerías y no me decidía a comprarlo, pero me parecía interesante. Creo que acabas de dar el empujón para que me lo lleve a casa.
    Un abrazo.
    HD

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sí, es un libro de éxito y está por todas las estanterías de las librerías.

      A ver que te parece a ti.

      Buenísima semana HD!!

      Eliminar
  13. A mi me parece que Nothomb es, en verdad, excesivamente fría. Pero admito que me gusta. Hay un desenfado que me place. No es mi favorita, pero me las paso bien. Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Estoy de acuerdo que tiene desenfado y chispa a la hora de contar el intringulis de la sociedad japonesa.

      Buena semana!!

      Eliminar
  14. Hola Laura,
    Esta autora desprende un aura que hace que me mantenga algo alejado. Llevo ya tiempo queriendo superar esta sensación aunque aún no me he decidido, era además uno de los propósitos del año. Empezaré por otra novela, esta, de hecho, no la conocía y tengo alguna por casa. Me "llevo" el vídeo de Pizarnik. Un beso :)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. He de confesar que no la conocía, aunque supongo que debía haber visto esta novela en las librerías dado su éxito.

      No digo que no merezca la pena la autora, pero quizás la leí con más expectativas de las que debía. De momento, la voy a dejar de lado porque tengo otros autores que me interesan más. Quizás más adelante.

      Buena elección, es un vídeo intenso como ella misma.

      Buena semana!!

      Eliminar
  15. Hola!
    Vi una película en youtube sobre la vida de Amélie Nothomb y sus peripecias en Japón. Recuerdo que me fascinó y que me abrió un mundo totalmente desconocido: el de las empresas en Japón. Me quedé de piedra. No sé, a lo mejor el libro está escrito de forma más aséptica y por eso no te ha enganchado.

    Ay, esa merlucita, qué buena! Desde que vivo aquí me he hecho fan del pescado y eso que era como tus hijos, no me gustaba nada. Pero, claro, es lo de siempre, como aquí no lo puedo comer porque escasea y no es bueno, pues eso.

    Petonsssssss

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Tienes razón en que resulta sorprendente el funcionamiento de estas empresas japonesas, el trato humillante a los trabajadores, aquí se consideraría acoso sin más.

      El tema es interesante pero como novela espero otra cosa...

      Es verdad que con los años educamos el gusto y cuando no tenemos algún plato, lo apreciamos más.

      Ptnsssss

      Eliminar
  16. Mmmmm que frivolidad más rica!, me encanta la Merluza!!!, en verdad todo tipo de pescados y mariscos, Chile por su extensa costa nos brinda gran variedad y sabrosura, lamentable y paradojalmente tenemos kilómetros eternos de mar y sus productos son caros para la mayoría. Debiese ser parte de la dieta nacional en vez de los tallarines y el arroz!!!.

    Creo que no basta un texto bien escrito para ser gran literatura. Los grandes estremecen, provocan estupor y transforman para siempre "algo" en el lector. Leyèndo lo que nos cuentas sobre "Estupor y temblores" ( enganchador tìtulo, sin duda)pensé: oh! que desarrollado està mi paìs, se vive igual que en Japòn (con menos dinero claro està pero con la misma miserable calidad de vida).
    Mi abrazo para ti Laura Uve!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Me imagino el tema, los pescadores mal pagados y los precios del pescado y marisco desorbitados, los intermediarios se enriquecen en consecuenia, aquí más de lo mismo.

      Estoy de acuerdo, la buena literatura te abre horizontes, te interpreta, crea personajes universales... No es el caso de esta novela para mi gusto.

      Muy buena tu reflexión :))

      Una alegría volverte a leer por aquí. Que tengas una estupenda semana, sin temblores a poder ser y con alguna pizca de estupor que siempre va bien.

      Eliminar
  17. No he leído nada de la autora, aunque sí había oído hablar de ella.
    Qué buena pinta tiene la merluza!! El pescado es una de esas comidas que se agradecen más conforme pasan los años, ¿no crees? De pequeña no lo podía ni ver y ahora me encanta.
    Abrazo!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Totalmente de acuerdo, es lo que le decía a Dona Invisible, con los años se educa el gusto y abandonamos manías. Me paso a mi con el queso.

      Buena semana!!

      Eliminar
  18. Yo me quedo con la merluza. Me gustan mucho tus recetas principalmente porque las entiendo y las puedo intentar hacer. Probaré con una pescadilla gorda para empezar.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Seguro que te sale bien, la clave está en que el pescado sea fresco y en el caldo, si solo ponemos agua o pastillita, sale soso.

      Me alagas porque la cocina no me atrae... es pura subsistencia procurando comer platos gustosos.

      Abrazo!!

      Eliminar
  19. Un poco deprimente lo que nos cuenta Amelíe - no la conocía-. Uno siempre piensa en los otros países en una clave un poco romántica derivada de los conocimientos culturales y artísticos del lugar en cuestión: piensa en música, piensa en cine, en hermosos grabados...ver que todo queda reducido a esa vida insulsa da pena.
    Lo de la merluza parece más interesante. Gracias por tu visita y hermoso comentario, Laura. Besos, amiga.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Es cierto, la imagen de Japón que nos gusta a los occidentales no va por estas realidades tan neoliberales con elementos de tradición, la peor mezcla posible.

      Te deseo una estupenda semana!!

      Eliminar
  20. Laura,
    me encanta qué combines música y literatura con estas recetas tuyas,que dan ganas de autoinvitarse a comer...ja,ja,ja

    En relación al argumento que plante Amelíe en el libro,me resulta desazonador este neoliberalismo atroz que como el caballo de Atila,por donde pisa,no vuelve a crecer la hierba.....aún con todo,por muy extendidos que estén sus tentáculos:reflexión,crítica,resisténcia...

    Sobre la música,sin palabras me deja....

    Bsts

    ResponderEliminar
  21. Bueno es saberlo, no es muy convencional mezclar literatura, jazz y frivolidades culinarias... pero, a veces, no lo puedo evitar.

    Las palabras son: resistencia, lucha y alegría de vivir... si me falla una, las otras pierden color.

    Buen fin de semana!!

    ResponderEliminar

DIME QUÉ PIENSAS SI ASÍ LO DESEAS...