lunes, 31 de diciembre de 2012

FANTASÍAS DEL ÚLTIMO DÍA DEL AÑO



El mundo entero es un teatro, y todos los hombres y mujeres simplemente comediantes. Tienen sus entradas y salidas, y un hombre en su tiempo representa muchos papeles, y sus actos son siete edades.

WILLIAM SHAKESPEARE, Como gustéis.


Me voy a permitir la frivolidad de despedir el año con algunos vestidos que aparecen en películas cuyas imágenes se han quedado grabadas en mi interior y han alimentado mis fantasías. Esos vestidos me gustaría llevarlos…, sí, por qué no, en una soñada noche de fin de año.





 La capa de Eva (Anne Baxter) en la escena final de EVA AL DESNUDO. Una capa que una fan de Eva, Phoebe (Barbara Bates), se pone cuando se queda sola en el dormitorio y se mira en un espejo que le devuelve su imagen multiplicada cientos de veces.
Una capa hermosísima que provoca un efecto teatral tremendamente efectista.




El traje sastre de Faye Dunaway en CHINATOWN. Trajes con sombreros y blusas entalladas que transmiten un equilibrio perfecto entre lo masculino y lo femenino.



El vestido negro de Elizabeth Taylor en DE REPENTE EL ÚLTIMO VERANO. La actriz aparece en un manicomio perfectamente peinada y maquillada y con un vestido muy femenino de hombros anchos y cintura estrecha.








Y, por último, el vestido de lentejuelas de Julie Christie en SHAMPOO. Se trata de un vestido que visto de frente la cubre de la cabeza a los pies. Cuando se va girando, el vestido se mueve y balancea como si la actriz estuviera bailando. De pronto se ve que lleva toda la espalda al descubierto. Un vestido que quita la respiración.


Os deseo un inicio de año pleno de fantasías y sueños. La realidad acabará imponiéndose, pero mientras tanto un soplo de felicidad nos preparará para afrontarla.

Todas las imágenes tomadas de google.

viernes, 28 de diciembre de 2012

RAINER MARIA RILKE, Las rosas seguido de los Esbozos valaisanos.


Se trata de una edición bilingüe de poemas sobre las rosas (24 poemas) y los esbozos están relacionados con los Alpes valaisanos (4 poemas). Hay fragmentos sobre Rilke de Paul Valéry, Andre Gide y Jean Cocteau. 








Las rosas VIII 

De tu sueño demasiado lleno,
 flor numerosa en tu interior,
 húmeda como el rostro de quien llora,
 te inclinas sobre la mañana.

 Tus dulces fuerzas duermen
 en un deseo incierto,
 desarrollando tiernas formas
 entre seno y mejillas. 
- - - -


 Ruiseñor

 Ruiseñor, tú cuyo corazón
 exulta más que los demás,
 sacerdote de amor, cuyo culto
 es un culto de ardor.

 Oh cautivante trovador
 de la noche encantada,
 adornas las escalas del sonido
 sobre su abismo de terciopelo. 

 De las savias que callan en los árboles
 tú eres la voz. Pero a nosotros,
 que somos tus discípulos,
 impones, Ruiseñor, ese mismo secreto.

 Fotografías de Laura Uve.

martes, 18 de diciembre de 2012

"TUERZO EL MORRO" y algo más...

FABIO MINGARELLI

Para que triunfe el mal sólo hace falta
que la buena gente no reaccione.
EDMUND BURKE

viernes, 14 de diciembre de 2012

JESÚS AGUADO, Mendigo (Antología 1985-2007).



Leí en octubre un poema de Aguado en el blog de Índigo y busqué más en internet, me gustó tanto que pasé a comprar el libro.


Ya lo he dicho en ocasiones anteriores cuando he comentado algún libro de poesía, no me gusta, ni sé, analizarla, sé la que me gusta, la que llega adentro y la disfruto a lo largo de los días. 

Cada poema es como si fuera la esencia de un perfume, me gusta ponerme solo una gota en la parte interior de la muñeca y olerla durante horas. Los poemas me gusta leerlos despacio y con cuentagotas, así que un libro de poemas puede durarme mucho tiempo. Tengo muchos poemas marcados, algunos de ellos han ido poblando mi lateral, algunos lo seguirán haciendo durante mucho tiempo.

He seleccionado sólo tres (enteros o fragmentos), espero que disfrutéis con este poeta. 


Gustav Klimt 


Interludio onírico en Salzsburgo. III 

En Viena nos llovió.
Las tardes las pasábamos en cafés y museos
-Gustav Klimt, Arcimboldo…-,
bailando un vals cuando escampaba
o jugando a los dados.
Apenas era azul el Danubio, aunque a veces
se vertía en nosotros:
el mar de nuestro amor desviaba su curso
(¿y al hacerlo también el de la historia?).
Allí necesité de todo mi sentido del misterio
para no abandonarte:
alguna voz potente me llamaba a escondidas por la noche,
quizás la del futuro, lugar a donde nunca llegaré,
una voz que brotaba de las sombras, helechos
pegajosos, hurones ciegos,
la voz de los insomnes
que pude resistir
porque a mi lado tú
soñabas por los dos y sonreías.

- - - - 

Alyssa Monks



  Amor clásico

 Ella empezó a desvestirme
 para vestirse de mí
 y en eso yo la seguí.
 Los astros de los botones
 surcaban nuestras camisas
 en desbandada y con prisas,
 diez lunas que a borbotones
 daban sus últimos sones.
 Me desabrochaba un sí
 y en eso yo la seguí.
 Mordían las cremalleras
 y el cinturón, esos perros
 surgidos de nuestros yerros
 que patrullan las fronteras.
 Más sus acciones certeras
 las despistaban y así
 en esto yo la seguí.
 Como miguitas de pan
 o de pólvora, las ropas
 nos seguían como tropas
 que temblasen como un flan.
 Y pues ella pensó el plan
 de desertarlas de mí,
 en eso yo la seguí.
 Fuera relojes, cadenas,
 las gafas y los anillos.
 Fuera los mares, los grillos,
 la coherencia y las penas.
 Mezclamos nuestras arenas:
 ella se desterró en mí
 y en eso yo la seguí.

- - - -




 Karrah Kobus 


 Lección de metafísica (fragmento)

 Lo que existe parece que no existe
 porque tú lo has tocado ser adentro,
 porque tú lo has tocado beso adentro
 con la nerviosa lengua de la nada.
 Me palpas con tus manos infinitas
 (no son manos, lo sé, sino estallidos:
 el tiempo que no llega nunca a tiempo)
 y se borra mi cuerpo,  y al borrarse
 por fin se hace visible: un signo cero
 suspendido en el aire entre nosotros.
 Me piensas con tu boca y con tu sexo,
 esos dos silogismos refutables, 
esos dioses borrachos que han perdido
 la pizarra o azar donde escribirme.
 Y al pensarme me restas, me haces menos,
 me deshaces, me viertes al vacío,
 me entregas al no ser
 y maniatado.
 Parece que no existo por tu amor
 porque tu amor me funda, es el origen,
 ese punto o lugar donde está todo
 (también lo que no está: tu ausencia: nada). 
 Tu cuerpo me hace náufrago, un islote
 que el cosmos ignorase, un meteorito
 tachado de los mapas y los ojos,
 nave sin un planeta al que volver
 que fuera disolviéndose en lo oscuro.
 Tu cuerpo hace que exista lo que existe:
 tu cuerpo hace imposible lo que existe.
 Lo que existe parece que no existe
 porque tú lo has dejado sin besar.
 (…)

- - - -

Fotografía de Laura Uve
El resto de imágenes están tomadas de google.

martes, 11 de diciembre de 2012

ROBERTO BOLAÑO

Runa Guneriussen

Me ha costado mucho decidirme a leer esta obra de 1.119 páginas, sólo la complicidad de una lectura conjunta me ha animado a empezarla. Luego la propia obra, y fragmentos como éste, me ha estimulado, como si el propio Bolaño me hablara, a no desistir de leer esta novela grande, imperfecta y torrencial.
Estoy en ello.


  Ya ni los farmacéuticos ilustrados se atreven con las grandes obras, imperfectas, torrenciales, las que abren camino a lo desconocido. Escogen los ejercicios perfectos de los grandes maestros. O lo que es lo mismo: quieren ver a los grandes maestros en sesiones de esgrima de entrenamiento, pero no quieren saber nada de los combates de verdad, en donde los grandes maestros luchan contra aquello, ese aquello que nos atemoriza a todos, ese aquello que acoquina y encacha, y hay sangre y heridas mortales y fetidez (pp. 289-290). 

ROBERTO BOLAÑO, 2666

viernes, 7 de diciembre de 2012

BRAD MEHLDAU

L’Auditori, Barcelona, 28 de noviembre 2012

44 Festival Internacional de Jazz de Barcelona.



El pianista Mehldau dirige el exquisito trío del que forma parte junto con Larry Grenadier, contrabajo, y Jeff Ballard, batería. Llevaba siete años de silencio, roto con la grabación de Ode, un disco creativo que muestra la compenetración del trío.

Mehldau apareció en escena vestido con unos tejanos marrones, una camisa de rayas de los mismos tonos que el pantalón y deportivas. El escenario del Auditorio apareció limpio de adornos, tan solo los instrumentos de los tres músicos que, ocupando un espacio reducido del escenario, fueron desgranando su hipnótica y sugestiva música. Mehldau toca con los ojos cerrados y apenas mira el piano. Su relación con el piano trasciende la música y parece entrar en trance a lo largo de toda la pieza musical. Apenas se levantó del asiento y habló muy poco.









Estamos ante un auténtico virtuoso del piano (lo toca desde los seis años y tiene 42). John Coltrane, Bud Powell, Thelonious Monk y Charlie Parker son sus influencias tempranas hasta crear su propio estilo. Mehldau interpreta tanto composiciones originales como clásicos de jazz y música popular. También tiene un gusto particular por la música de Radiohead y Los Beatles.

Mehldau es comparado en ocasiones con Bill Evans y Keith Jarrett, a quien considera como una inspiración más que como influencia. La relación especial que Jarrett establece con el piano (y que pude disfrutar embelesada en el Grec de hace un par de años), la observé en Mehldau. La música fluyó con sencillez, como si allí no sucediera nada, pero sí pasaba. El trío funciona con fluidez y, contrabajo y batería, secundan las exuberantes digresiones melódicas de Mehldau.




Fue un concierto de casi dos horas que transcurrió con una importante carga de emotividad. Brad Mehldau revisó algunos temas propios junto a originales de Lennon y McCartney, demostrando una vez más su habilidad para hacer suyos temas ajenos y llevarlos al mundo del jazz al que no pertenecían. ¿Quizás por ese motivo había tanta gente joven? 
El concierto acabó con dos bises del trío que cerraron una velada de buen jazz. 

lunes, 3 de diciembre de 2012

MISSED CONNECTIONS

RUNA GUNERIUSSEN 

En las grandes ciudades, millones de personas interactúan todos los días de manera directa e indirecta viviendo a un ritmo casi caótico, pero incluso en medio de ese ajetreo citadino de vez en cuando es posible toparse con gente que logra que el tiempo se detenga.

Por lo general es algo fugaz; un intercambio de miradas, un roce accidental, o un simple saludo; pequeños gestos que son suficientes para echar a volar nuestra imaginación y crear un sin fin de situaciones, momentos, y conversaciones ficticias con la persona que ha captado nuestra atención. Sin embargo, cuando regresamos a la realidad nos damos cuenta de que la persona ya se ha ido, el momento ha terminado y la masa de gente entre la que nos movíamos vuelve a aparecer ante nuestros ojos.

Este tipo de fenómenos esporádicos son conocidos como missed connections (conexiones perdidas) y definen esas situaciones en las cuales creemos sentir un flechazo por alguien que no conocemos y seguramente no volveremos a ver. 

Basándose en ese concepto, la ilustradora Sophie Blackall ha creado una serie de dibujos que rescatan esas conexiones perdidas… 


 Missed connections

Se trata de un hombre de edad indefinida pero que debe rondar la cuarentena. Un hombre extremadamente delgado, consumido y castigado por la bebida y, seguramente, la droga. Ofrece paquetes de pañuelos en los semáforos del cruce de dos calles de mucho tránsito. Siempre da los buenos días con una sonrisa, ofrece su paquete de pañuelos y si le dicen NO, siempre responde con un sonriente: gracias, y se dirige al siguiente coche. Si le dicen SÍ, entabla una breve conversación hasta que le dan las monedas. 

Siempre voy a trabajar caminando, atravesando ese cruce. Nunca me ha ofrecido sus pañuelos. Nunca le he escuchado una mala palabra, un comentario negativo. Tiene mi profundo respeto y admiración por mantener esas formas educadas y amables en una situación que no debe ser nada fácil. Hace unos días hemos empezado a intercambiar un saludo, nada más…